El 17 de noviembre de 2012, durante una sesión de ejercicio físico en el kilómetro uno en Playas, Guayas, Jhonny Martínez se encontró con una cría de tortuga golfina saliendo de su nido. Tomó al reptil entre sus manos y la llevó al mar. El animal desapareció entre las olas.

La sensación de ayudar al reptil cambió su perspectiva de vida. Se fue involucrando con la supervisión de los nidos de tortuga en Playas, empezó a comunicarse con los encargados de áreas protegidas como El Morro cuando encontraba huevos o crías y en ese camino buscó información para actuar adecuadamente.

Al ser el “primero” en identificar nidos en este sector, la comunidad y amigos lo empezaron a llamar el Papá de las tortugas. Jhonny afirma que “no le importa” ni la hora ni el lugar si se trata de ayudar a estos reptiles, por el cariño que les tiene, pero también ha trabajado, en estos ocho años, con lobos, aves (como albatros de Galápagos, gaviotas, pelicanos), delfines y ballenatos.

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Señala que la actividad humana afecta “fuertemente” a las especies marinas. El principal problema que ha observado es la cantidad de basura que llega a las playas y al océano, y que es confundida como alimento por los animales. En los estómagos de tortugas se ha encontrado plástico, principalmente, y en el de los lobos marinos, residuos de sogas.

También están los choques que sufren estos animales con embarcaciones pesqueras y agresiones de ciertos pescadores, ya que los quelonios se quedan atrapados en las redes y los lobos se “roban” los peces.

Las tortugas sufren roturas de sus cráneos o de sus caparazones. He ayudado en varios de estos casos, uno los logramos salvar y otros lamentablemente mueren. Tiene fundas en sus estómagos”, dice.

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Las tortugas sufren roturas de sus cráneos o de sus caparazones. Foto: Cortesía

En cambio, las aves llegan con las alas rotas o han sido rescatadas de grupos de personas que las capturan para tomarse fotos con ellas.

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Otro problema que ha identificado es que varios nidos de tortugas se encuentran en las principales áreas turísticas de Playas. Estos sitios, por lo general, están rodeados de personas y basura.

Cuenta que una vez comuneros alertaron sobre que pescadores se habían llevado varias crías de tortugas de uno de los nidos. “Lo hacen por curiosidad, piensan que son como las tortugas terrestres. Por suerte pudimos rescatarlas y devolverlas al mar de donde pertenecen”, dice.

Una de las experiencias más complejas que Jhonny relata fue cuando ayudó en el rescate de un ballenato de la especie Megaptera novaeangliae, más conocida como jorobada, en el sector de El Pelado. Indica que recibió un “coletazo” en la cabeza mientras empujaba al mamífero hacia el mar.

“El ballenato sintió que estaba en el agua y en su desesperación por salir de la orilla me golpeó con la cola. Tuve que descansar por 30 minutos y luego regresé al mar para seguir ayudando”, afirma.

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Más de un día tomó regresar al animal al océano y se necesitó la ayuda de varias personas y activistas. De hecho, se alquiló una lancha.

Después, Jhonny participó del rescate de otra ballena jorobada, pero en el sector de la isla Puná. Recientemente, el Papá de las tortugas y el grupo de voluntarios Juntos por Playas identificaron un nido de tortugas en una zona ‘virgen’ en Engabao.

Cercaron el lugar para impedir que las personas se acerquen y que en el momento de la eclosión, luego de 45 días, aproximadamente, las crías no tengan problemas para salir.

El cerco no sería necesario si las personas tuvieran educación ambiental y respeto por otras especies. Jhonny piensa que es “clave” incluir en la malla académica de niños y jóvenes materias que ayuden a crear conciencia ambiental y se motive a la correcta recolección de residuos.

“Luis del Valle dirige al grupo de voluntarios y me ayuda en todos los traslados, actividades y rescates. Él es mi mano derecha. Sería injusto no nombrarlo”, manifiesta.

Toda la basura que llega al mar será confundida con comida por los animales marinos y esto los está condenando a su muerte, por eso Jhonny llama a los ecuatorianos a tomar conciencia sobre este problema ambiental que no solo aqueja a Playas sino a toda la costa continental de Ecuador y Galápagos: “Nosotros (humanidad) comemos peces y si ellos comen plástico, entonces nosotros también estamos comiendo plástico”, reflexiona. (I)