Una tortuga marina bebé llegó el viernes pasado a las instalaciones del Quito Zoo. El reptil fue tomado de un desove que se dio en las playas de Tonsupa, Esmeraldas. La persona que llevó al animal al zoológico indicó “que recibió a la tortuga como un recuerdo traído de un viaje a la playa”.

"Este es un hecho que atenta directamente contra la biodiversidad y los ecosistemas marinos. Es incomprensible que estas acciones ocurran. Extraer especies de su hábitat es ilegal, el daño que sufre el animal es irreparable y se continúa afectando al ecosistema", indicó la Fundación Zoológica del Ecuador en un comunicado publicado en sus redes sociales.

Para atender este caso, el Quito Zoo solicitó la ayuda de expertos en fauna marina, quienes asesoraron al equipo de bienestar animal para preparar un tanque adecuado donde pueda alojarse temporalmente a la tortuga.

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Además, se le suministra oxígeno, a través de un tanque especial, para que este animal, de pocos días de nacido, "no sufra efectos por los 2850 metros sobre el nivel del mar en los que se encuentra Quito".

Los especialistas monitorean diariamente la saturación de oxígeno en su sangre, control de peso y otros indicadores de salud de la tortuga, así como la temperatura y calidad del agua.

"En los próximos días, la tortuga será trasladada hacia una institución especializada en manejo de animales marinos para preparar su regreso al océano. #LasTortugasNoSonMascotas no las saques de sus mares, ríos, de sus hábitats. No las compres, no las mascotices, no apoyes el tráfico ilegal de especies ni seas parte de la destrucción de la vida silvestre", añadió la organización. (I)