El Área Ecológica de Conservación Municipal Tinajillas Río Gualaceño, ubicada en el cantón Limón Indanza, en Morona Santiago, tiene una extensión de 30 707 hectáreas. Esta zona, creada en marzo de 2013 a través de una ordenanza municipal, es el hábitat de casi 300 especies de aves, 28 de mamíferos y 250 de plantas.

Lobos de páramo, pumas, osos de anteojos, cusumbos, tapires, jaguares, entre otros, han sido avistados en este lugar que también posee paisajes paradisiacos. De hecho, en esta área ecológica vive el jambato o arlequín de limón, una especie muy rara de rana. Su presencia es un buen indicador de la salud de este ecosistema.

Además, aquí nacen diferentes fuentes hídricas importantes para el cantón Limón Indanza como los ríos Gualaceño y Yunganza que se encuentran dentro del área, las que aportan del líquido vital para el consumo humano, de animales que habitan el área y la generación de energía limpia.

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Sin embargo, la ampliación de la frontera agropecuaria, la minería y el cambio climático son grandes problemas que afronta el área protegida. Por eso, el Municipio local ha diseñado varias estrategias para su conservación.

La alianza con la empresa privada es una de ellas. En este mes se firmó un convenio público-privado entre el Municipio de Limón Indanza y Chaide, empresa ecuatoriana que fabrica colchones. La compañía ‘apadrinará’, por los próximos 3 años, 1082 hectáreas de la reserva.

Esta acción, además, compensa directamente las emisiones anuales de CO2 de la empresa, lo que le permite a Chaide obtener la certificación Carbono Neutro.

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Esta certificación está avalada por la norma ISO 14064 que está validada a nivel mundial. Con los parámetros establecidos, las empresas pueden medir de forma real y objetiva cuál es su huella ambiental y con esto implementar los cambios necesarios.

Para lo que técnicamente una empresa ya no podrá reducir, la metodología exige que se apadrinen áreas de bosques o se compren, en la página web de las Naciones Unidas, una cantidad de bonos para compensar su impacto.

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José Guarderas, gerente de Sambito, empresa que realizó la certificación a Chaide, explica que bajo una metodología técnica se calculó la cantidad de biomasa que era necesario captar a través del bosque para compensar las emisiones de CO2 de la compañía.

Una vez realizada la métrica se determinó el número de hectáreas y el bosque más adecuado para la compensación, pues cada bosque tiene características y niveles de captación distintos.

Lo que ha hecho la certificación Carbono Neutro es aglutinar todos nuestros proyectos (ambientales) y darnos solvencia como empresa, robusteciendo al mismo tiempo la cultura de la compañía”, dice Raúl Estévez, gerente de Innovación y Ventas de Chaide.

Además, resalta que no solamente están “protegiendo un bosque sino toda la flora y fauna que habita en él, fortaleciendo la idea de construir un mundo mejor para las actuales y futuras generaciones”.

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Si bien la certificación actualmente es voluntaria, los expertos aseguran que se volverá mandatoria con el paso de los años, especialmente porque mercados como los europeos ya están exigiendo obligatoriamente la carbono neutralidad a sus proveedores.

Actualmente Tinajillas Río Gualaceño se encuentra en el proceso de ser reconocida dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). En esta área se realizan actividades de monitoreo, investigación, control y vigilancia, educación e interpretación ambiental, promoción de turismo responsable, recuperación y restauración, entre otras.

En el 2019, se inauguró un centro de operaciones, parqueaderos, miradores, senderos, servicios básicos, espacios de trabajo multifuncional.

Toda esta infraestructura se pudo construir gracias a la inversión de $366 218,70 del banco alemán KFW.

Cuenta con cinco senderos para el acceso de turistas: Siete Palmas, Arenillas, Lomipuerco, San Vicente y Yavintza. Algunos de ellos requieren tener buen estado físico y la guianza de profesionales. (I)