Ecuador tuvo un retraso de 15 a 20 años en la aplicación de medidas cautelares como la del uso del grillete en los acusados de cometer un delito para garantizar su presencia en el juicio.

Esta alternativa ante el uso excesivo de la prisión preventiva recién está disponible desde el 2014 al entrar en vigencia el Código Orgánico Integral, luego de un constante requerimiento por parte de los organismos internacionales.

Es verdad que hay muchos retenidos que teniendo el grillete se han fugado, pero eso no significa que la medida no sea idónea.

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Las personas que están en prisión preventiva implican un gasto para el Estado, de alimentación y cuidados.

El 99 % de las sentencias internacionales que ha tenido el Estado ecuatoriano han sido por el uso abusivo de la prisión preventiva. Las indemnizaciones son extremadamente caras versus lo que se puede gastar estableciendo las medidas de la no privación de libertad con un seguimiento efectivo.

Los casos de las personas que se han fugado no son un problema de la medida sino de quien supervisa, los que a pesar de que hayan sido alertados de que hay una vulneración del dispositivo de vigilancia electrónica (DVE) no toman las previsiones del caso. Si se da la alerta, pues debe activarse un operativo de verificación. Esto es un tema operativo del que está detrás de la medida.

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Si hay alertas del maltrato del dispositivo, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) debería informar a la Fiscalía para que se tomen las medidas. Pero no actuar tras las 30 a 40 alertas hace que se vea como un mecanismo no idóneo cuando es todo lo contrario.

Es importante que la entidad cumpla con su rol de vigilancia.

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La aplicación del uso de los brazaletes con un seguimiento efectivo permite al Estado ahorrar recursos, el cumplimiento de compromisos internacionales relacionados con los derechos humanos y es una forma de evitar el hacinamiento en los centros de rehabilitación.

Los DVE tienen varios parámetros de señalización. Cuando hay intermitencia o cuando se va a acabar incluso la batería se dan las alertas. También cuando se entra a un lugar donde la señal no es buena o cuando el procesado se aleja fuera del perímetro del cantón o la provincia.

He escuchado de casos en los que hay hasta 150 alertas del dispositivo, entonces no se puede decir que no había indicios de las fugas. También hay personas que lo usan sin problema y son tan responsables con el manejo que hasta cuidan que no emita ningún tipo de alerta y no se dañe.

Cómo no va a ser sospechoso que una persona permanezca en un mismo lugar por más de 16 horas.

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Es oportuno también realizar mantenimiento de los DVE ya que están en uso constante y garantizar la compra de nuevos para que siempre estén disponibles según la demanda.

Incluso debería haber sanciones si se determina que hubo negligencia por parte de algunos de los operadores que fallaron en el seguimiento, tras la investigación respectiva. (O)