Más de 4000 toneladas de hidrocarburos pueden terminar en el mar. Los equipos de intervención en isla Mauricio se encontraban este lunes en una carrera contrarreloj para evitar otra fuga de combustible de un barco que encalló.

El buque "MV Wakashio", que transportaba 3800 toneladas de fuel y 200 toneladas de diésel, chocó el 25 de julio contra un arrecife en Pointe d'Esny. Una grieta en el casco provocó una fuga de combustible.

Ubicada en el sureste de las costas de la isla, Pointe d'Esny es una joya ecológica célebre por sus sitios conservados clasificados internacionalmente, aguas turquesas y humedales protegidos.

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Más de 1000 de las 4000 toneladas transportadas por el Wakashio ya se han vertido al mar, señaló Akihiko Ono, vicepresidente de Mitsui OSK Lines, que operaba el navío.

Helicópteros transportaban este lunes parte del combustible bombeado hacia la costa, pero los esfuerzos para continuar extrayéndolo se vieron obstruidos por un mar embravecido y fuertes vientos.

Las condiciones meteorológicas, que además acercan la marea negra derramada por el buque hacia la isla, no se espera que mejoren hasta primeras horas de la noche del lunes.

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En isla Mauricio, se encuentra uno de los arrecifes de coral más bellos del mundo y representa un santuario para una fauna rara.

Unas 2500 toneladas de fuel quedaban aún a bordo, señaló el primer ministro de Mauricio, Pravind Jugnauth, advirtiendo que el riesgo de que el casco del buque se parta es real.

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"Se encuentra en una etapa avanzada del proceso de fractura (...) no queda mucho tiempo por delante", señaló un experto que participa en los trabajos de auxilio, bajo condición de anonimato.

Los submarinistas detectaron nuevas grietas en el casco del barco y desde la orilla, donde se está realizando una intensa limpieza, se escuchó un fuerte crujido.

Imágenes aéreas mostraron la gravedad de la contaminación por la fuga de combustible, con grandes zonas de agua ennegrecida por el crudo en medio de un mar cristalino, y esta amenaza con representar una catástrofe medioambiental si se esparce el resto del fuel a bordo.

Miles de voluntarios intentan contener la contaminación de las aguas rodeando al combustible con presas de cáñamo y tela improvisadas, o utilizando baldes para recogerlo.

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Japón envió este lunes un equipo de ayuda de seis miembros, incluidos guardacostas, y Francia un buque y un avión con especialistas procedentes de la vecina isla de la Reunión.

Un portavoz de la Mitsui OSK Lines, la sociedad nipona que utilizaba la embarcación, indicó que la empresa enviará el martes un equipo de expertos, después de que se hayan hecho el test de COVID-19 y hayan dado negativo.

La empresa japonesa Nagashiki Shipping, propietaria del navío, publicó el lunes un comunicado en que presenta "sus disculpas al pueblo de Mauricio" y se compromete a hacer "lo máximo que pueda para proteger el medio ambiente y atenuar los efectos de la contaminación". (I)