En Ecuador 70 165 personas de 25 años o menos quedaron desempleados entre marzo y julio de este año, según cifras del Ministerio de Trabajo. Esta población es la llamada 'centennial', es decir que nacieron desde 1995.

La cantidad de despedidos solo incluye a los que tenían un empleo formal y desborda la capacidad de dos estadios de Barcelona, el más grande del Ecuador.

A los despedidos, se suman los jóvenes que actualmente buscan trabajo "por todos lados", pero no lo encuentran. Muchos están desesperados. EL UNIVERSO presenta la historia de tres jóvenes a continuación.

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‘Me sacaron en plena pandemia, ahora solo estudio'

“Es difícil conseguir un empleo, a los jóvenes casi no nos dan, más prefieren gente con experiencia”, dice Leandro Guevara, de 20 años de edad, quien está desempleado desde mayo pasado.

En febrero de este año consiguió un empleo como inspector de contenedores y un mes después empezó el confinamiento por la pandemia del COVID-19.

Él siguió laborando, pero también quería iniciar sus estudios universitarios, por lo que pidió a su empleador que le diera un horario más acorde. “Me rechazaron la solicitud, se cumplieron los tres meses y me sacaron”, asegura.

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Después de que se graduó de bachiller en febrero del 2018 laboró como estibador. De ese cargo lo desvincularon al cumplir un año.

“Era joven y me dijeron que no tenía la experiencia adecuada”.
Ahora sus padres le financian sus estudios de educación superior en la carrera de rehabilitación física en un instituto privado. “Quisiera yo mismo pagarlos, pero no encuentro empleo, me dicen que no tengo experiencia”, señala.

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‘No encuentro trabajo ni en la Bahía’

Alejandra Zambrano tiene 18 años. A principios del 2020 se graduó de la secundaria. Cuenta que apenas salió de las aulas empezó la búsqueda de un empleo. Su objetivo es “tener ingresos” y no “molestar” a su mamá.

Sin embargo, no ha encontrado trabajo. Dice que antes de la pandemia ya la situación laboral estaba difícil en el país, pero que con la actual crisis todo empeoró.

“He buscado hasta en la Bahía (sector comercial de Guayaquil). Antes había anuncios pegados en las paredes donde buscaban personal para ventas o atención al cliente, pero fui hace dos días y ya no hay anuncios. No hay trabajo”, indica.

Afirma que ha visto anuncios de empleos en redes sociales, pero desconfía. La situación es más compleja ya que su madre perdió su empleo en medio de la pandemia.

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Ella estudiará el próximo año en la Universidad de las Artes y no quiere estar “desocupada” todo este tiempo: “Mi mamá no tiene trabajo y no quiero pedirle para mis gastos, seguiré buscando, esperando que me salga algo”.

Stiven ha tenido siete empleos en seis años

A sus 24 años de edad, Stiven Alvarado ha pasado ya por siete empleos desde febrero del 2014, de los que solo en uno estuvo afiliado a la seguridad social.

Su primer trabajo fue como mesero en la cevichería de su bisabuela en el cantón Buena Fe en Los Ríos. Casi un año después llegó a Guayaquil para trabajar en un almacén.

“Un día de pronto mi jefa me dijo que ya no necesitaba de mis servicios. Creo que las bajas ventas hace que nos echen”, dice.

Luego consiguió empleo en una fundación, en otros dos almacenes, en un supermercado (con afiliación al IESS) y el último en un hotel al que entró como eventual y salió en enero del 2020. “Desde entonces no he parado de dejar currículos, pero no me sale nada”. (I)