Laura Yagual llegó este miércoles al laboratorio de Criminalística junto con sus sobrinas para retirar el cuerpo de su hermano Larry, de 73 años, quien falleció en su casa, en el suburbio, el 28 de marzo, durante el pico de la pandemia del coronavirus; su cuerpo estuvo desaparecido casi catorce semanas, luego de que fuera ingresado a uno de los contenedores ubicados afuera del hospital del Guasmo.

Laura, quien perdió a tres de sus hermanos en menos de dos semanas, contó que a Larry nunca lo diagnosticaron con COVID-19, pero admitió que sí presentó problemas respiratorios y cardiacos.

“Él vivía conmigo, después de que murió yo lo vestí. Le puse un pantalón plomo y una camisa amarilla, llegaron los de Medicina Legal y se lo llevaron en una camioneta. Lo reconocimos por la ropa y porque le faltaban unas piezas dentales inferiores”, contó la mujer de avanzada edad, quien aseguró que jamás tuvo síntomas de coronavirus, pese a los fallecidos de su entorno familiar.

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Este miércoles se entregaron doce cuerpos. Cada familia que entraba tomaba un turno.

Laura tenía el número 3 y fue una de las primeras en salir de la morgue con el cuerpo de su familiar, que fue llevado directamente al Cementerio General. “No hubo mucho tiempo para despedidas, lo lloramos ya cuatro meses”, indicó la familia Yagual, que ayer cerró un doloroso capítulo al enterrar al tercero de sus hermanos.

En una situación similar estaba Lucía Moreira, cuyo padre Modesto Moreira, al igual que Larry, murió el 28 de marzo y su cuerpo fue llevado al mismo contenedor en el que algunos cadáveres llegaron a descomponerse por el mal manejo de estos restos, hecho que es investigado por la Fiscalía, pues hubo quienes habrían pagado a los funcionarios para buscar a sus familiares y esto causó que se rompiera la cadena de frío.

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Modesto Moreira falleció en el hospital del Guasmo poco después de que ingresara y mientras su familia hacía los trámites mortuorios se mezcló con otros cuerpos, relató Lucía, quien sentía que la peregrinación entre instituciones y juzgados finalmente terminó.

Ella salió con el cuerpo de su padre y se dirigió al cementerio Jardines de Esperanza, donde fue despedido por los miembros de su familia.

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Hoy jueves es el turno de Silvia Guzmán, quien finalmente retirará el cuerpo de su esposo Félix, a quien vio morir el 1 de abril en el hospital del Guasmo.

“Él estaba en una silla de ruedas esperando el oxígeno que nunca llegó. Yo le sostuve la mano hasta que dejó de respirar”, recuerda con la voz entrecortada.

Ella planea este jueves trasladar el féretro directamente al cementerio del suburbio, Ángel María Canals, donde solo se permite el ingreso de seis familiares por protocolos de bioseguridad.

La familia de Félix esperará en la entrada del camposanto para despedirse del hombre.

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La entrega de estos cuerpos se realiza desde el pasado lunes, luego de que la Defensoría del Pueblo lograra que un tribunal ordene al Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y el Laboratorio de Criminalística que se entreguen los cadáveres reconocidos a la fecha por sus familiares para la inhumación.

Freddy Herrera, coordinador de Medicina Legal, explicó que la entrega empezó el pasado lunes con 17 cadáveres, el martes fueron 14 más, ayer 12 y para hoy se prevé que sean 14.

“Ya mañana (ayer) se hace la toma de muestra de las últimas familias y luego se inicia otro proceso que es el de cotejamiento de la información para poder identificar a estos cuerpos que aún permanecen en el Laboratorio”, explicó.

Otra de las resoluciones de la Defensoría del Pueblo fue que el MSP dé asistencia psicológica a estas familias. Y que los hospitales del MSP y del IESS ofrezcan disculpas públicas por la vulneración de derechos en el mal manejo de los cadáveres y que se brinde capacitación al personal de esas áreas para que circunstancias así no se repitan.

Indagan mal manejo y los cobros indebidos

En mayo la Fiscalía abrió una investigación por el mal manejo de cadáveres y por el supuesto cobro a cambio de dar información. Varios funcionarios son indagados por el delito de concusión.

Los entonces directores de los hospitales del Guasmo y de Los Ceibos son investigados. En el Guasmo se instalaron cuatro contenedores, mientras en el de Los Ceibo cinco y había 237 cuerpos. (I)