Las situaciones que se viven en los casi 70 000 hogares donde los niños y adolescentes ya atienden clases, desde casa en la modalidad virtual de la educación particular, son una muestra de lo que puede ocurrir a partir del 1 de junio cuando más de dos millones del régimen Costa-Galápagos inicien su ciclo de estudios.

Hay desafíos que enfrentan familias con más de dos hijos estudiando en una misma institución y tienen una sola computadora o laptop, por lo que uno debe seguir las clases por celular, en el mejor de los casos si es posible, o no asistir por el inevitable cruce de horarios.

Juan pensó en no matricular a sus dos hijos este año ante la incertidumbre por la pandemia del coronavirus. Él solo tiene una computadora que usará el niño de segundo año de educación básica. El de séptimo utilizará el celular. “Es más grande y lo sabe usar mejor”.

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Juan cuenta que esta semana hubo inconvenientes en las pruebas realizadas como parte de una unidad educativa del sur de Guayaquil. “Se quedaba la imagen o se pixeleaba y termina siendo más trabajo para los padres que no somos expertos informáticos. Hay que crear usuarios en las plataformas donde se realizarán las clases (que se planifican en tiempo real con interacción de los docentes y los alumnos como si estuvieran en las aulas) para cada uno de los niños, lo que se complicó y el menor apareció con el nombre del mayor y no funcionó la cámara”.

En el hogar de Teresa hay un desafío mayor con dos en los años inferiores y una adolescente que está en bachillerato. “Hoy (viernes pasado) mis tres hijos participaron en la clase virtual y debían conectarse a Zoom por computadora, pero lo hacen por celular. Me dijeron que se podía con cualquier dispositivo, pero veo que en ciertas clases deben participar usando el mouse”, cuenta.

La única laptop disponibe la usa Teresa en el teletrabajo, por lo que aceptará una que le prestará su suegro y empezará su jornada más temprano para que la de ella esté libre y así pueda usarla otro de sus hijos.

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Educación pública

La ministra de Educación, Monserrat Creamer, asegura que en los establecimientos públicos hay opciones para quienes no tengan servicio de internet o problemas para acceder a las clases virtuales por falta de equipos. “Trabajamos en teleducación con el programa A-prender la tele, hay tres frecuencias radiales indicando las actividades y lecturas, porque recordemos que los estudiantes tienen textos, por lo que necesitan las directrices. Los docentes se comunican para aclarar dudas, darles guía y acompañar a las familias”.

La entidad tiene previsto entregar los nuevos libros del ciclo Costa. “Analizamos el mecanismo, puede ser con la colación escolar siguiendo los protocolos”, dice Creamer.

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Costo de pensiones

En la educación particular se suma la preocupación de los padres por el costo de las pensiones. Es un cambio entre lo que ven que reciben sus hijos como horas de clase, que es menor, según dicen, de cuando era presencial con unas seis horas en los establecimientos.

Y que esa reducción de las jornadas no se ha evidenciado en la misma magnitud en el valor de las mensualidades.

Los padres se quejan que hay instituciones particulares que mantienen el costo de años anteriores y no envían los links de los contenidos a quienes no pagan. “Nos dicen que no bajarán porque mantienen el mismo valor hace tres años y nos plantean ponerlos en la tarde cuando la pensión es la mitad, pero se me complicaría llevarlos cuando ya retornen de forma presencial”.

Los padres pueden denunciar al número 1800-338-222, sitio web: educacion.gob.ec con un formulario de denuncia, redes sociales en Facebook (MinisterioEducacionEcuador), Twitter (@Educacion_Ec) o al correo electrónico info@educacion.gob.ec. (I)

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