El 92 % de ecuatorianos cree que el COVID-19 afectará la economía de su hogar, mientras que el 4 % piensa lo contrario, según una encuesta de la consultora Advance, realizada entre el 20 y 23 de marzo en once cantones, entre ellos, Quito, Guayaquil y Cuenca.

Consultaron a 1707 personas de entre 16 y 70 años en canales digitales como correo electrónico, WhatsApp y Facebook.

Los quiteños son los más preocupados del impacto de su economía, pues el 97 % piensa que así será; el 1,6 % cree lo contrario y el 1,4 % no lo sabe.

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Hay una diferencia del 7 % entre Quito y Guayaquil, pues el 90,5 % de guayaquileños cree que sus finanzas serán afectadas; el 3,9 % piensa que no y el 5,6 % no lo sabe.

Fredda Aguilar es parte de las cifras. Ella vive en Guayaquil y tiene un hijo de siete meses. Afirma que el impacto del coronavirus golpeó su economía.

Antes de la emergencia gastaba $800 y ahora va cerca de $1500. Indica que cocinar a diario le significó un aumento en sus gastos y además que ya no puede aprovechar las promociones en productos de bebé por la crisis sanitaria. Ahora utiliza sus ahorros y espera estabilizarse en los próximos tres meses.

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Francisco Briones, director de la consultora Money Invest, señala que en esta situación se deben priorizar los gastos de acuerdo a las necesidades más importantes, como alimentación y salud.

Así también aconseja utilizar los ahorros con prudencia. Cree que en las próximas semanas o meses serán muy útiles.

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Briones hace una apreciación a quienes viven de los ingresos del día a día, como los vendedores informales.
Asegura que esta es la economía más golpeada y recomienda buscar financiamiento hasta estabilizarse.

“Hablar con el tendero, panadero para que le fíen, es una especie de crédito sin intereses. Lo mismo con alguna persona de confianza que pueda ayudar a sobrellevar el momento”, comenta Briones.

Sonia Vélez, coach y asesora financiera, menciona que la educación, movilización y servicios básicos son gastos que deben anotarse en la planificación financiera.

Como lo hace Lucy Asencio, de 35 años. Ella es madre de tres niños y vive en Guayaquil. Tiene ahorrado para la matrícula de sus hijos y espera que su situación laboral no empeore para cancelar ese rubro.

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Vélez sugiere idear formas de cómo obtener nuevos ingresos. Por ejemplo: dar clases de refuerzo online, venta de ropa o cosas usadas o servicios a domicilio como alimentación.

Y Briones aconseja pensar en un negocio sostenido. “Cuando se retome la calma la sociedad habrá cambiado. Habrá más preocupación por la higiene y protección, podría ser un mercado interesante”, explica. (I)