El incremento del Bono de Desarrollo Humano de acuerdo al número de hijos menores de edad de las familias que lo reciben y la duplicación de las pensiones de $50 a $100, promesa de campaña del actual régimen, implicó una muy leve disminución del total de beneficiarios de las distintas compensaciones sociales.

Durante el periodo de Lenín Moreno el número de beneficiarios pasó de 1 030 477 personas, en diciembre del 2017, a 1 025 285, en enero del 2020, una reducción del 0,5 %. Sin embargo, el 45 % de los que hoy reciben los bonos y las pensiones cobran más o el doble de lo que obtenían en el gobierno de Rafael Correa.

El valor asignado cada año para cubrir todos los bonos y pensiones subió el 14 % entre diciembre del 2017 y el mismo mes del 2019, al pasar de $643,7 millones a $751,3 millones.

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Hoy menos personas reciben los bonos y las pensiones que hace dos años, pese a que ha subido la pobreza. El 21,5 % de los pobladores se consideraban pobres por tener ingresos bajos en diciembre del 2017 y en el mismo mes del 2019 la tasa subió al 25 %.

Blanca Cuenca, de 60 años, tiene el 98 % de discapacidad física y recibe el bono Joaquín Gallegos Lara desde que se estableció, en julio del 2010. Ella compra medicinas con $150 de los $240 al mes que recibe. Con el resto adquiere frutas, pañales o cubre los $40 para ir y venir del centro de salud Francisco Jácome desde Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, donde vive. Debe ir en camioneta ya que no puede sentarse.

Su condición la mantiene postrada en cama desde hace 40 años. Sobre la cabecera, en un estante de madera, yacen esfinges de la iconografía católica, un rosario y la Biblia. Ella reza a diario. Pide un milagro, volver a caminar o sentarse, dice. El bono marca una diferencia, como una mejor alimentación.

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Catalina Chalén, de 80 años, cuida a su hija Blanca, quien recibe el bono Joaquín Gallegos Lara que les otorga $240 al mes. Foto: José Beltrán

Desde diciembre del 2017 subió el 41,4 % el número de beneficiarios del bono Joaquín Gallegos Lara. También hoy más personas cobran el Bono de Desarrollo Humano (BDH), que nació con el nombre de bono solidario en septiembre de 1998 en el gobierno de Jamil Mahuad.

Sobre este último, el actual régimen determinó un componente variable que da más de $50 a las familias pobres que tengan hijos menores de edad, a cambio de corresponsabilidad en salud y educación.

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A enero del 2020, un total de 531 823 recibían el BDH, un aumento del 22,4 % respecto de diciembre del 2017. Pero la reducción del número total de beneficiarios viene por el lado de los adultos mayores y los discapacitados.

Un total de 112 314 mayores de 65 años dejaron de recibir las pensiones para Adultos Mayores y la de Mis Mejores Años entre diciembre del 2017 y enero del 2020. Sin embargo, el 77 % de los beneficiarios actuales reciben el doble ($100). Hay una disminución parecida entre los que cobran la pensión Toda una Vida y la de Personas con Discapacidad.

Catalina Chalén, de 80 años, no quiere ni oír que le retiren el bono de $50, que usa para acudir a un dispensario donde paga $10 por la consulta. “Allí no espero tanto. Si me quitaran, me quedo sin nada”, refiere.

José Quezada, de 68 años, piensa igual. Él vive en la comunidad Totorillas de la parroquia rural Tarqui, en Cuenca. En sus años de juventud y adultez trabajó como maestro albañil.

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En el 2019 escuchó que estaban inscribiendo a adultos mayores para que sean beneficiarios del bono y desde mediados del 2019 recibe el de Mis Mejores Años. Cada mes le dan $100, dinero con el que intenta suplir algo de sus gastos. Como ya no trabaja vive de lo que puede, de quien lo ayude y del dinero que recibe del Gobierno. La mayor parte se va en comida.

El régimen de Moreno tenía previsto entregar al Fondo Monetario Internacional (FMI) el registro social actualizado durante febrero último, según los compromisos del nuevo acuerdo con ese organismo tras las protestas de octubre pasado.

La nueva hoja de ruta, dice el analista económico Alberto Acosta Burneo, incluye “un programa suavizado” para garantizar la supervivencia del acuerdo con el FMI. “La manera de hacerlo es dando beneficios sobre todo a la población más vulnerable”, asegura. El objetivo es una compensación para suplir el costo del ajuste.

Una de las recientes metas negociadas es que el gasto social se incremente en 0,6 % del producto interno bruto entre 2019 y 2021. Este aumento era del 0,4 % del PIB en el acuerdo inicial antes de las protestas, es decir, casi $400 millones. “El nuevo acuerdo dice que se debe incrementar en $600 millones, se lo piensa hacer primero ampliando la red de seguridad social, el Bono de Desarrollo Humano, los programas de discapacidades y vejez. El objetivo es ampliar la cobertura a 200 000 hogares pobres para que sean beneficiarios de los programas”, dice Acosta.

El plan incluye la modernización del registro social quitando a los que no deberían estar e incluyendo a quienes no están y sí deberían estar. “Entonces, resumiendo, vemos que el nuevo acuerdo con el FMI plantea cambios significativos, como una nueva variable en consideración que es la supervivencia del acuerdo y del Gobierno, por el lado fiscal las metas son menos agresivas, por el lado social se busca ser mucho más proactivo para tratar de evitar ese rechazo que se ha generado respecto al acuerdo”, asegura Acosta.

José Quezada, de la comunidad rural Totorillas, en Cuenca, recibe el bono Mis Mejores Años desde el 2019. Foto: Jhonny Guambaña

Grecia Galindo, de 51 años de edad, no recibe el BDH desde hace nueve años. Ella vive en una casa de caña con piso de tierra, de esas que dominan en Monte Sinaí. “Me dijeron que había salido de la pobreza”, señala. En la vivienda de dos ambientes viven también su hija Shirley y cuatro de sus nietos.

Grecia vende periódicos, maduros y choclos con lo que recauda hasta $10 diarios. Shirley, de 27 años, está separada del padre de sus cuatro hijos, quien es policía y como consiguió empleo dejaron de recibir el bono. “No me pasa nada y no lo he demandado”, indica. Ella gana $12 diarios en un restaurante, pero no es un empleo seguro. “Hoy (el lunes último) no me llamaron”, dice. Cada uno de los seis miembros de este núcleo familiar vive con menos de $84 al mes, por lo que son considerados pobres por la estadística oficial. (I)