El cambio climático, uno de los principales problemas ambientales actualmente, ubica en una posición aún "más vulnerable" a los anfibios del Chocó ecuatoriano, en especial a las ranas, según un comunicado de la Fundación Jocotoco.

Los anfibios al ser ectotermos (dependen del calor del medio ambiente en lugar de producirlo internamente) pueden ser sumamente afectados por las condiciones variables del clima.

Un estudio científico reveló que el cambio climático ha causado fuertes consecuencias en los anfibios de América y Australia, especialmente propagando aún más una enfermedad mortal de anfibios causada por tener temperaturas más calientes.

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Además, los anfibios han sufrido más extinciones que cualquier otro grupo de vertebrados.

Ecuador es un punto clave de biodiversidad de anfibios ya que existen cerca de 622 especies, de las cuales 45% son endémicas.

La rana chachi lleva su nombre por una comunidad indígena del noroeste de Esmeraldas. Foto: Cortesía Michael Moens

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En el bosque del Chocó ecuatoriano, un punto de concentración de alta biodiversidad, habitan más de 130 especies de anfibios, lugar en donde se descubren cada vez más especies.

Un ejemplo fue el redescubrimiento de la rana marsupial cornuda (Gastrotheca cornuta) en la reserva Canandé de Fundación Jocotoco, la cual se creía desaparecida del Ecuador por más de 10 años.

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"Esto demuestra que la conservación de bosques primarios es indispensable para salvar las especies que están en peligro de extinción", indica la organización.

Las ranas endémicas del Chocó son indicadores fundamentales para determinar cambios en este rico ecosistema. Tres de las especies más emblemáticas son: la rana diablito (Oophaga sylvatica), rana chachi (Boana picturata), y rana cristal punteada de blanco (Sachatamia albomaculata).

La rana diablito, que está clasificada como casi amenazada, ha disminuido significativamente en Ecuador en la última década. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), ahora solo se encuentra en el norte del país.

Esta especie habita en el bosque húmedo e incrementa su actividad después de fuertes lluvias. Por lo que el clima y la calidad del bosque son factores importantes en su reproducción y sobrevivencia.

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La rana chachi lleva su nombre por una comunidad indígena del noroeste de Esmeraldas. Esta especie necesita de ríos de buena calidad ecológica y vegetación de estrato medio y bajo de bosque primario y secundario para sobrevivir.

La rana cristal punteada de blanco es una especie nocturna que se encuentra cerca de riachuelos y cascadas en bosques húmedos vírgenes o con poca alteración. En Ecuador se encuentra principalmente en el bosque del Chocó.

La rana diablito, que está clasificada como casi amenazada, ha disminuido significativamente en Ecuador en la última década. Foto: Cortesía James Muchmore

"Una de las mejores maneras de combatir la crisis de biodiversidad identificada por Naciones Unidas es la conservación ecológica. Al establecer y extender reservas ecológicas, como hace Fundación Jocotoco, se están protegiendo especies de crítica importancia de fauna y flora", señala la organización.

Otro de los problemas que tiene el Chocó ecuatoriano, ubicado en el noroeste, principalmente en la provincia de Esmeraldas, y de sus especies, es la deforestación y la expansión agrícola.

El 61% del bosque del Chocó (1,8 millones de hectáreas) en Ecuador se ha deforestado, según el reporte del Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP), una iniciativa de Amazon Conservation y Conservación Amazónica.

La porción de selva de elevación baja es la más afectada con una pérdida del 68%. Únicamente en el periodo 2017-2018, 4.600 hectáreas se talaron.

Porciones de los remanentes de esta región son parte de las áreas protegidas como la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas. Esta conserva una sección importante, pero la mayoría del bosque está en altitudes medias y altas, cuando la mayor pérdida se da en la selva baja.

Por esa razón, la Fundación Jocotoco estableció la reserva de Canandé que abarca más de 7.000 hectáreas. Está en una ubicación estratégica para eventualmente conectarla con Cotacachi-Cayapas e impedir la deforestación. (I)