Hace tres años, un letrero en San Miguel de Urcuquí (Imbabura) anunciaba, a todo color, la construcción de un proyecto que prometía convertirse en la ‘cuna’ de la investigación científica del país. Incluso del mundo, según sus promotores, en temas agrícola, energético, genética y biodiversidad.  

Compuesto por tres edificios, uno de ellos para laboratorios, y con una inversión de $40 millones, el  proyecto Clúster Ciencias de la Tierra arrancó en las afueras del área  urbana de la Ciudad del Conocimiento Yachay,  en la base de la loma ‘La Llamarada’, siguiendo el cauce de un arroyo cercano. En ese lugar, el letrero que promocionaba la obra aún sigue de pie, pero sus letras las ha borrado el paso del tiempo.

El sueño del clúster se quedó a la mitad y hoy comprende un conjunto de bloques grises expuesto al deterioro ambiental y un área central en la que sobresalen filas de hierro con óxido, y advertencias vanas: “¡Atención! Zona de obras”.

Publicidad

“Está en el 50 % el clúster. Todo lo que es obra gris está, lo que es estructura. Solo faltan los acabados...”, resume Julio Vinces Navarrete, subgerente de Gestión Territorial e Infraestructura de Yachay EP, al hablar del clúster de la Tierra, componente 10 de un contrato por $169 millones, firmado en noviembre del 2015 entre la empresa pública Yachay y la estatal china China Gezhouba Group.

Este es el mayor contrato firmado para el proyecto Yachay, que en total recibió unos $440 millones durante la gestión del expresidente Rafael Correa, según los contratos públicos.

En los alrededores del clúster hay pancartas de Gezhouba como contratista del proyecto, aunque varios proveedores señalan que detrás de la china figuraba el exdirector del Servicio de Contratación de Obras, Secob, Juan Carlos Checa Reinoso, uno de los funcionarios de mayor confianza de Correa.

Publicidad

A Checa lo reconocen como el constructor de varios componentes del millonario complejo Yachay. Este proyecto incluía, a más del clúster, un centro de salud, laboratorios, instituto tecnológico, mercado, centro de emprendimiento, planta de tratamiento y sistema de agua, viviendas, Data Center, y alcantarillado sanitario y pluvial.

Del contrato adjudicado a Gezhouba, al menos tres subcontratos, que suman $34,2 millones, recibió el exfuncionario del correato, según documentos recibidos por este Diario. Lo hizo a través del Consorcio Río Amazonas (CRA), al que representa como su procurador común, y que está conformado por su empresa, la Constructora Río Amazonas, y su socia, la compañía Bueno y Castro Ingenieros y Asociados, a la que Checa cuando dirigió el Secob le adjudicó cinco obras por $67 millones, del 2011 al 2013.

Publicidad

Los subcontratos señalan que la china Gezhouba traspasaba una parte de la obra al Consorcio CRA por el 80% del monto de los precios unitarios de materiales, quedándose la contratista principal con el 20% del monto reconocido por Yachay EP en el contrato.

Checa y tampoco Gezhouba han aceptado una entrevista. Solo un empleado de la china respondió: “He pasado su mensaje a la administración y me indicaron que van a consultar con el departamento jurídico y cualquier novedad se comunicará el abogado con usted”.

El consorcio de Checa (CRA) recibió de Gezhouba, en marzo del 2016, dos subcontratos: uno para la provisión de materiales y alquiler de maquinaria por $20,1 millones, y otro por $12,6 millones para las obras civiles y pruebas mecánicas y eléctricas de los componentes 5 (Centro Infantil del Buen Vivir), 8 (centro de emprendimiento) y 10 (clúster Ciencias de la Tierra). En agosto del 2016, CRA se adjudicó con otro subcontrato de Gezhouba por $1,5 millones para laboratorios docentes.

En tres de estas obras se incumplieron los plazos: el centro infantil debía concluirse en 120 días, pero se entregó en 274; los laboratorios docentes tenían plazo de 210 días, pero demoró 626 días; y la construcción del clúster, prevista para un año, “está paralizada e intervenida por la Contraloría”, según un informe de Yachay EP.

Publicidad

La construcción del edificio de la Senescyt en Yachay, contratada con el consorcio de la china CRBC y la ecuatoriana Semaica, estuvo parada desde enero del 2018, pero Yachay tenía previsto reiniciar los trabajos esta semana. La empresa de Checa fue subcontratista de esta obra por $3,8 millones.

Por último, China CAMC Engineering subcontrató a Checa para la Unidad del Milenio Yachay, según testimonios y documentos recabados por este Diario, que señalan que el subcontrato habría llegado a $2,6 millones. En los informes tributarios de CAMC consta que la firma de Checa le facturó $2,1 millones del 2015 al 2017.

“Queremos finalizar las obras paradas. Se ha avanzado en la vialidad”, explicó Rudolf Bauman, gerente técnico de Yachay EP, y agregó: “Ha sido un tema complejo. No se lo puede arreglar de un día para otro. Hemos empezado por los puntos más críticos”. En Yachay está pendiente el sistema de agua potable y alcantarillado, el clúster de la tierra y dos obras que no se van a ejecutar (el data center y la segunda fase del Instituto Tecnológico). La política de la actual administración apunta a la optimización de recursos y priorización de necesidades. apuntó Bauman. (I)

39

millones de dólares se fijó para la construcción del clúster.

 

Proveedores de la Constructora Río Amazonas reclaman pagos adeudados

Albita Mina tiene un modesto comedor en Urcuquí, con el que sustenta a su familia. Al inicio, la construcción de la Ciudad del Conocimiento Yachay le trajo prosperidad. Su salón se llenaba de trabajadores. De eso, ahora le queda  una deuda muy difícil de cobrar. Su deudor es Juan Carlos Checa, dueño de la Constructora Río Amazonas.

Mina reclama casi $15 500, un gran capital para su negocio. Tiene un convenio judicializado hace dos años por el cual Checa se comprometió a pagar mensualidades, pero no se ha cumplido. “No le da la gana de pagar”, se lamenta ella.

La historia de Mina se repite con otros proveedores de Río Amazonas. En la Función Judicial hay 24 demandas por deudas que han sido aceptadas por las autoridades judiciales y que juntas bordean los $600 000.

EL UNIVERSO solicitó una entrevista a Checa, quien hasta 2013 dirigió el Instituto de Contratación de Obras, que hoy se denomina  Servicio de Contratación de Obras (Secob). No hubo respuesta.

Cuatro acreedores hablaron con este Diario a condición de que no se revelaran sus nombres: unos, para no entorpecer sus juicios; otros, por seguridad, pues saben que Checa tuvo poder en el Gobierno pasado.

Uno de ellos dio sus servicios en una obra en Yachay y recibió un 60 % del valor.  “(Checa) me dijo que no tiene plata y que le siga nomás un juicio”, contó. Ya va más de tres años en el proceso y no ha podido recuperar el dinero, pese a que hay una orden judicial de cobro.

“Somos una empresa mediana pequeña. Nos dejó hecho pedazos. Seguimos endeudados desde esa obra, pues tuvimos que sacar un crédito”, indicó. 

Otro proveedor mencionó que varios afectados ya están en un juicio de acreedores. Ellos buscan recuperar su dinero a través de los bienes de Río Amazonas, pero saben que eso llevará años y que es posible que el esfuerzo sea infructuoso. “No nos podemos ir contra los bienes de él y no tiene nada a nombre de la empresa”, se quejó un perjudicado.

Entre esos acreedores está Nelly Mera, otra habitante de Urcuquí que también dio servicio de alimentación a Río Amazonas. Ella contó que su deuda alcanzó los $59 000. 

Como respaldo, tenía las hojas que los trabajadores firmaban luego de comer. No obstante, al rato de abonar la deuda, la constructora solo reconoció $22 500, pues decía que había inconsistencias en las firmas. Mera no tuvo otra opción que aceptar ese valor. Hoy reclama  $15 300, que están reconocidos en una orden judicial.  Ella está indignada: “No me ha dado un infarto solo porque hay un Dios en el cielo”. (I)