En horas de la tarde del jueves la ciudad de Culiacán, capital del estado mexicano de Sinaloa, se convirtió en una zona de guerra entre militares y sicarios altamente armados.

Los rebeldes se tomaron las calles con el objetivo de liberar a Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, quien había sido apresado durante un patrullaje de rutina, según la versión oficial del Gobierno.

El enfrentamiento duró unas 3 horas y el Gobierno acorralado y en desventaja ante una ofensiva mayor por parte de los sicarios, optó por dejar en libertad al narcotraficante.

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Ovidio Guzmán, de 28 años, no es uno de los hijos más conocidos del Chapo, líder del cártel de Sinaloa, pero las autoridades estadounidenses lo buscan desde 2018 por cargos de distribución de cocaína, metanfetaminas y marihuana junto a su hermano, Joaquín Guzmán.

La decisión de liberar a Guzmán fue defendida por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien dijo que estuvo de acuerdo con la liberación efectuada para precautelar la seguridad de los pobladores de Culiacán.

“Esta decisión se tomó para proteger a los ciudadanos. Es que no se puede apagar el fuego con el fuego, esa es la diferencia de esta estrategia con relación a lo que han hecho los anteriores gobiernos, nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra”, dijo el mandatario.

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Sin embargo, el pánico se apoderó de los habitantes durante el tiroteo. Muchos huyeron asustados y otros prefirieron quedarse encerrados en sus hogares y esperar.

A la mañana siguiente las calles de Culiacán, una ciudad de unos 800 000 habitantes, permanecían bloqueadas con restos de autos quemados. Las escuelas permanecían cerradas y algunas oficinas públicas pidieron a sus empleados quedarse en sus casas. Pocos autobuses de transporte público se veían transitando en las vías.

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El enfrentamiento facilitó la fuga de unos 50 reos y cobró la vida de ocho personas , un civil, un efectivo de la Guardia Nacional, uno de los reos y cinco de los presuntos agresores.

El presidente López Obrador llegó al poder con la promesa de campaña de combatir el crimen organizado y la violencia en el país, sin embargo, esta misma semana, 13 militares murieron en una emboscada en el estado de Michoacán y pocos días después, 14 presuntos delincuentes y otro uniformado murieron en una balacera en el estado de Guerrero. (I)