En los sectores cercanos al cerro Huayrapungo, donde se estrelló el avión presidencial de Jaime Roldós Aguilera, el tiempo se ha detenido.

El acceso vial para sus pobladores es deficiente, no hay servicios básicos y cuando hay una emergencia médica deben salir a la vía para que alguien los auxilie. La comunidad de Sasanamá es parte de la historia ecuatoriana, pero hace 38 años para ellos no ha variado.

Aunque la distancia entre el centro del cantón Celica y el cerro, que en castellano significa “Puerta del Viento”, no supera los 10 kilómetros, llegar hasta allí toma 40 minutos en automóvil. Debe ser uno de gran cilindraje para no quedarse varado en la mitad del recorrido.

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HUAYRAPUNGO, Loja. Sobre estas líneas, Marco Silva Flores muestra la roca donde se chocó el avión en el que iba Jaime Roldós. Foto: Johnny Guambaña.

El camino es empedrado, lleno de curvas, con un gran paisaje. En la zona viven unas 12 familias, como la de José Mendoza, quien tiene 73 años. Es cauto al hablar del accidente. No le gusta mucho recordar cómo fueron esos días.

Lo que sí tiene claro es que desde 1981 hasta la actualidad la situación para ellos no ha cambiado y que todos los alcaldes que han pasado solo les han hecho ofertas electorales.

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Con su familia siembran maíz, arvejas y hacen algo de ganadería. Se consideran habitantes de una zona económicamente pobre a pesar de vivir en las faldas de un cerro histórico en la vida política del país.

Su hermano mayor, Gonzalo, cuenta que la vida en el barrio El Coposo es tranquila, aunque con carencias. “Después del accidente no ha habido apoyo ni para nosotros ni para el cantón Celica, todas las vías están despedazadas”, dice enérgico.

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La modestia económica en la que vive esta gente contrasta con lo que tienen en la colina de en frente, un proyecto minero a cielo abierto que está explotando oro y plata a cargo del grupo Dynasty Goldfield.

HUAYRAPUNGO, Loja. Emma Sanmartín vive en faldas del cerro donde fue la tragedia. Dice que les falta obras básicas. Foto: Johnny Guambaña

No están muy enterados del tema ni saben que pueden recibir regalías para mejorar su calidad de vida.

Una de las vecinas más próximas al lugar del accidente es Emma Sanmartín. Su modesta casa está a unos 300 metros del cerro Huayrapungo y en su memoria está intacta la escena de ese 24 de mayo. Para llegar a su casa el único acceso es a pie. Se deja la camioneta en la parte alta, se cruzan unas zanjas.

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Cuenta que mientras iba con su hijo de cuatro años a buscar una ropa escuchó un estruendo. Al inicio creyó que era un vecino, conocido por ellos como el Toronche, que había volcado su auto, pero luego notaron que era mucho más grave.

Las partes del avión y los restos humanos salieron volando hacia la pampa y en el cielo se prendió una gran llama. Junto a su vecino, Ricardo Mendoza, se armaron de valor para tomar unas ramas y apagar los cuerpos quemados. No sabían que era una comitiva presidencial, sino que eran personas que necesitaban ayuda.

Aunque estaban conscientes de que era difícil que estén con vida, su intención era aplacar el fuego para que luego algún familiar los identifique.

Cuando en la radio escuchó que se trataba del presidente Roldós le dio más pena porque era una autoridad nacional.

Pese al paso de los años, ellos aún no tienen agua potable. La toman desde el cerro por una tubería. Cuando alguien de su familia se enferma salen a la vía con la esperanza de que alguien los lleve a Celica, pero si no, ella prepara sus medicinas de manera natural. Le consuela que es un lugar tranquilo donde no hay problemas de inseguridad.

En la actualidad, el sitio está totalmente descuidado. El único rastro que queda en la zona es una placa donde se lee un extracto del último discurso emitido por Roldós desde el estadio Atahualpa, que termina con la recordada frase: “Este Ecuador amazónico, desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la patria!”.

En la parte alta, las autoridades de Puyango colocaron una especie de mausoleo donde estaba una placa de bronce, que fue robada al poco tiempo.

Oswaldo Román, quien asumió por segunda ocasión la Alcaldía de Celica, dice que entre sus ejes de trabajo hasta el 2023 está la fomentación del turismo. Quiere construir un Museo de la Democracia en Huayrapungo, pues considera que la presencia de Roldós marca un antes y un después en la historia del Ecuador, por el retorno a la democracia. 

El dolor de recuperar los cuerpos

En Celica aún está latente la tragedia en la que perdió la vida el presidente Jaime Roldós. Luis Alfredo Torres, un exmilitar que hizo guardia entre el 24 y 26 de mayo de 1981, recuerda que su disposición era evitar que cualquier civil se acerque a la zona y dar paso solo al personal autorizado.

HUAYRAPUNGO, Loja. La foto que en ese entonces se tomó Luis Torres. Foto: Cortesía

Con soldados a su cargo recogió restos humanos que fueron entregados a sus superiores. De esos días tiene una foto en la que posa junto a la roca donde se chocó el avión.

Esa foto fue tomada por Edgar Vélez, quien entre sus clientes tenía a las Fuerzas Armadas. Ese día, cuenta, tomaba fotos a conscriptos cuando escuchó la bulla y fue con los militares. Recuerda que en el sitio de la tragedia todo era desastre. Con sus cámaras se dedicó a gastar rollos a color y en blanco y negro. No olvida el cuerpo de una azafata que estaba reducido por el fuego. (I)