Un edificio de $ 43 millones y una cuota anual que promedia los $ 400.000 por cada uno de los once años que Ecuador fue parte de la Unión de Naciones Suramericana (Unasur) fue lo que el país invirtió en este proyecto de integración regional.

Ecuador se convierte en el séptimo país en suspender su participación en la Unión luego de que, en abril del 2018, se separaran Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú. Antes de Ecuador fue Colombia, al asumir la presidencia de la República Iván Duque.

Pero más allá de la infraestructura y los millones (la proyección del presupuesto para el año pasado bordeó los $ 10 millones), el comportamiento del Ecuador frente al tema en los dos últimos años fue, por un lado, intentar el resurgimiento del organismo que por dos años no realizaba actividades de relevancia y tampoco elegía secretario general, a través de varias misiones de alto nivel efectuadas por la Cancillería y, por otro, anunciar que promovería una reformulación del trabajo y el retiro de la sede cederla a la Universidad Indígena.

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Ahora, se espera la concreción del anuncio del retiro del monumento a Néstor Kirchner, fallecido expresidente de Argentina y primer secretario de la Unasur.

Pero la reversión del millonario edificio de la Unasur a Ecuador dependería de la aprobación de los países miembros que se quedan, pues el presidente Lenín Moreno señaló ayer: “Hemos pedido la reversión al Ecuador del edificio”. Hasta ayer, la Cancillería de Ecuador no informaba ni la fecha en que se hará el desmontaje del monumento.

Brasil, Argentina, Venezuela y Colombia eran los que más aportaban a un presupuesto anual de $ 9,7 millones, según la resolución sobre el Presupuesto 2018. (I)

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