En anteriores expediciones realizadas en 2006 y 2014 ya se encontraron rastros de la especie redescubierta Chelonoidis phantasticus en la isla Fernandina, una porción de 638 kilómetros cuadrados de difícil acceso.

Guardaparques del Parque Nacional Galápagos encontraron en 2006 cactus mordidos por tortugas y excremento. Y en 2014 cuando el guardaparques Jeffeys Málaga y la investigadora Patricia Jaramillo estudiaban flora, en Fernandina, avistaron huellas de tortuga y excremento fresco, pero no encontraron un ejemplar.

Las expediciones a Fernandina son complicadas y costosas. Llegar desde Puerto Ayora en Santa Cruz, desde donde por lo general salen las expediciones, toma entre 8 y 10 horas según el tipo de embarcación que se utilice.

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De ahí una caminata de 12 horas más para llegar al campamento ya que la isla está deshabitada. Incluso no se han registrado especies introducidas e invasoras.

“Fernandina es la isla más joven de Galápagos, tiene actividad volcánica permanente. Al ejemplar se lo encontró en un parche de vegetación que está aislado por lava volcánica seca y es muy poco probable que una tortuga (foránea) haya llegado a este sitio”, explica Danny Rueda, director de ecosistemas del Parque Nacional Galápagos.

Sin embargo, en los próximos tres meses se confirmará tras análisis genéticos que corresponde a la especie de Fernandina.

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“Ahora hemos hecho una valoración morfológica para determinar las diferencias que existen en su anatomía física. El siguiente paso es hacer la confirmación genética para tener la evidencia de laboratorio y 100% de seguridad que se trata de la especie”, indica Rueda.

El espécimen fue trasladado en lancha desde Fernandina hasta el Centro de Crianza de Tortugas Gigantes en Santa Cruz. Foto: Cortesía

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La esperanza es que existan más ejemplares de la especie. “En parches de vegetación más grandes que el sitio donde se encontró la tortuga al parecer han vuelto a ver rastros, huellas, es posible que en estos haya otros individuos”, añade.

Una nueva expedición está en curso para buscar más ejemplares en este sitio inhóspito.

El ejemplar hembra hallado mide 54.3 cm de largo curvo y pesa 20 kilogramos, es más pequeño comparado con los individuos del resto de las 11 especies de tortugas gigantes del archipiélago.

Tiene más de cien años y fue encontrado el domingo 17 de febrero último por Jeffeys Málaga y Washington Tapia, director de la Giant Tortoise Restoration Initiative (GTRI), un proyecto desarrollado por el Parque Nacional Galápagos y la organización Galapagos Conservancy.

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La hembra adulta hallada permanecerá en custodia de los guardaparques en un corral especialmente implementado para su estadía en Santa Cruz. Foto: Cortesía

El último espécimen que se había encontrado fue disecado en 1906 (macho) y se encuentra en la Academía de Ciencias de California en Estados Unidos.

Se creía extinta debido a los bucaneros y balleneros que se llevaron miles de tortugas gigantes de Galápagos en sus barcos desde el siglo XVIII. Aunque en el caso de Fernandina, la especie también fue afectada por las erupciones volcánicas que reconfiguran el territorio.

El redescubrimiento recuerda al Solitario George, último ejemplar de su especie que murió sin dejar descendencia en junio del 2012.

“Luego que tengamos la confirmación genética, debemos culminar la exploración en el sitio para ubicar un individuo macho de su misma especie en Fernandina e iniciar un programa de crianza en cautiverio”, asegura Rueda.  (I)