Angustia y desesperanza es la sensación que experimentaron en el feriado navideños los dueños de hoteles y otros negocios, del balneario turístico de Las Peñas, en el norte de Esmeraldas, que sufrió también los efectos del fuerte oleaje.

El mar subió más de lo normal y las olas golpearon con fuerza, dañando lo que con años de esfuerzo les ha tocado construir a los servidores turísticos, una situación que los limita dejándolos indefensos ante la fuerza de la naturaleza, comentó Rogelio Sánchez, propietario de un bar en el filo del malecón.

Además de Las Peñas, las comunidades Molinita, Majagual, Canchimalero y el barrio 30 de Octubre, en Limones (Eloy Alfaro), reportaron caídas de casas y pérdidas materiales, como motores fuera de borda y artes de pesca. La pleamar azotó dejando más escombros y destrucción, pese a los esfuerzos de las autoridades en las tareas de limpieza y reubicación de familias a los albergues.

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Los alcaldes de Eloy Alfaro, Francisco Castro y Jorge Tello, Muisne, declararon la emergencia y activaron los COE cantonales para atender estas emergencias.

Tello detalló que Mompiche y Estero de Plátano son las localidades más afectadas por los oleajes. Infantes de Marina, Policía Nacional y personal de otras instituciones resguardan las zonas afectadas y se entrega ayuda humanitaria a los damnificados.

En cambio en El Oro, comuneros de Jambelí, bomberos y personas del Ejército llenaban sacos de arena y formaban muros denominados tulas para protegerse de los oleajes. Tres retroexcavadoras recuperaban arena para proteger el filo de la playa orense.

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Los oleajes dejaron cinco viviendas y 12 en riesgo, según el Comité de Operaciones Emergentes. (I)