Las colillas de cigarrillos están entre los desechos que más se han recogido en las playas durante las mingas anuales que organiza el Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE).

La acción incluye la recolección también en el interior del país en las riberas de ríos, lagos, lagunas y sistemas de riego, indica el ministro del Ambiente, Humberto Cholango. El viernes último se realizó la edición de este año que preveía la participación de 45.000 personas en 360 puntos de recolección.

Sin embargo, lo más óptimo sería evitar que la basura contamine los cuerpos hídricos teniendo sistemas de recolección y de reciclaje más adecuados, competencia que es de los 221 municipios del país, según la Constitución vigente.

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En Ecuador hay retos pendientes porque 109 de los 221 cantones tienen botaderos de basura a cielo abierto en los que se disponen los desechos sin ningún tipo de tratamiento. Un total de 71 municipios cuentan con relleno sanitario y 41 con celdas emergentes, según los datos del Sistema de Información Ambiental del MAE.

De estos 109 que disponen la basura de forma incorrecta, 67 están en la Costa, 27 en la Sierra, 12 en la región Amazónica y 3 en la Insular (Galápagos). En 2012 había 177 botaderos. A la fecha se han cerrado 68.

Un problema es el alto costo de un relleno sanitario, indica Cholango. Una alternativa es crear mancomunidades de municipios para la instalación de mecanismos adecuados.

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“Cada año se ha incrementado la recolección (en las mingas), lo ideal es no superar ese récord”, dice el titular del MAE. En la minga del 2017 se recogieron 180 toneladas. “En los cuerpos hídricos cercanos a las grandes ciudades, lo que más se recoge son tarrinas, platos desechables...”, afirma.

Cañar es la única de las 24 provincias del país declarada libre de botaderos. Allí los cantones Biblián, Cañar, Suscal y Tambo se unieron y desde 2014 cuentan con un sistema adecuado donde llegan los desechos de esos territorios.

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Y en la capital de la misma provincia se inauguró, el 21 de septiembre último, una planta de tratamiento de residuos biopeligrosos. La idea es que en el sitio se procesen los desechos de hospitales, clínicas, consultores médicos, odontológicos y las clínicas veterinarias.

Cholango dice que hacer frente a esta problemática depende de la voluntad política de los alcaldes. “Construir un relleno sanitario, una campaña de reciclaje o un centro de compostaje, como no es muy visible y no da muchos votos, no es una prioridad en los presupuestos frente a construir un parque, una vía o una regeneración urbana, pese a que la basura es un problema de salud”. (I)