Ser la primera gobernadora de la nacionalidad tsáchila es el reto que asume Diana Aguavil, quien asegura pertenecer a la nueva generación de mujeres tsáchilas que buscan la equidad en la participación política y quiere romper estereotipos hacia las indígenas.

“Soy madre soltera que decidí tener una familia sola con mi hija y ahora tendré que ver por mi nacionalidad”, así se describe Aguavil, quien tiene 35 años, estudia una tecnología en Educación Parvularia y es hija del exgobernador tsáchila Héctor Aguavil, quien fue asesinado en marzo.

Ganar las elecciones y ser reconocida por el Consejo Nacional Electoral (CNE) como la candidata que mayor votación tuvo de los tres participantes es algo que nunca se esperó. Hace un mes ella se dedicaba a estudiar, a cuidar de su madre y su hija, y a sacar la producción de la finca que tenía su padre.

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Según ella, el rol de la mujer indígena siempre ha estado relegado a ser observadora de procesos políticos y sociales, por ello admira a los referentes que hay a nivel nacional. “Aún existe ese machismo que no quiere reconocer que tenemos las mismas capacidades que los hombres, pero aquí estamos, para trabajar entre todos”.

En su posesión como gobernadora, que se realizó en la comuna Peripa, se le colocó por primera ocasión la banda Miya Tsa’chi Sona, que traducido del tsáfiki, lengua nativa de los tsáchilas, significa Reina Tsáchila. Antes el cargo solo era Miya Tsa’chi y ahora se incrementa la palabra Sona, que quiere decir mujer.

En su posesión la acompañó su hija de 7 años. Su administración será por 4 años. (I)