De eliminarse el impuesto a los consumos especiales (ICE) a la venta de cocinas de gas, el sector industrial del país dice estar listo para iniciar la reactivación económica. Esta iniciativa se incluye en la Ley de Fomento Productivo, aprobada por la Asamblea el 22 de junio pasado y que ahora está en manos del Ejecutivo para su veto.

En Ecuador son cuatro las empresas que fabrican este tipo de estufas: Indurama, Fibroacero, Mabe y Ecasa. Las dos primeras se ubican en Cuenca y además de cubrir el mercado nacional exportan a la Comunidad Andina y Centroamérica.

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Andrés Robalino, vocero de este sector, cuenta que la potencial eliminación de este impuesto reactivará la producción que cayó desde que el Gobierno anterior decidió gravar el producto en el 100% y que derivó en el encarecimiento del precio para el consumidor.

Sus cifras muestran que hasta antes del ICE producían unas 300.000 cocinas al año, pero en los últimos años cayeron a 120.000.

Detrás de estos números también hubo otros efectos sociales, como el despido masivo de un 40% de los obreros.

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El compromiso de los productores privados con el Gobierno, según Robalino, es retomar esas fuentes de empleo. Aunque esta recuperación será un proceso, dice, se espera en el 2022 volver a la producción similar a la del 2014.

Desde la Cámara de Comercio de Guayaquil tienen dos planteamientos concretos al presidente Lenín Moreno, antes de que dictamine su veto.

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En un comunicado exigen que la eliminación del ICE sea para todas las cocinas y no solo las nacionales, por considerar que se trata de un aspecto discriminatorio. Y piden sinceridad porque “tienen informac i ó n”de que en la ley se incluye una disposición por la cual el ICE sería revisado en diciembre de este año, situación que perjudica la planificación de las industrias y los comercios.

En el 2014, la Asamblea aprobó la Ley de incentivos a la producción y prevención de fraude fiscal, que buscaba impulsar la compra de cocinas de inducción al eliminarles el impuesto al valor agregado (IVA), pero subió el ICE a las de gas, lo que duplicó su precio.

La venta de cocinas de inducción se incluyó en el programa de Eficiencia energética; el Gobierno subsidia un consumo mensual de 80 kilovatios/hora a quienes las utilicen.

Pero los consumidores prefieren las de gas. Según la Empresa Eléctrica Regional Centrosur, hasta marzo registraron la instalación de 25.000 de inducción. En su área de concesión, que incluye Azuay, Cañar y Morona Santiago, el total de abonados es 340.000. (I)

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60 MIL cocinas al año ingresaron al país como contrabando desde Perú y Colombia, según datos del sector.