Su trabajo es llevar al presidente Lenín Moreno adonde sea necesario. Fredy Miño es quien empuja su silla de ruedas. Lleva nueve años junto a la familia Moreno-González. Los primeros ocho –designado por la FAE– como parte del Servicio de Protección Presidencial.

El año pasado presentó su disponibilidad para hacer el mismo trabajo, pero de civil. Su cargo actual es “consejero de Gobierno 3”. Tiene 43 años, es hincha de El Nacional, está casado, tiene dos hijos y, por su trabajo, ha viajado a unos 15 países.

¿Cuál es su trabajo?
Soy ayudante logístico del señor presidente y le ayudo en su movilización aquí, fuera de la ciudad... He trabajado con él desde el 2009. Primero con su esposa; luego ya con él. Es uno de los propósitos que he podido cumplir en la vida.

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¿Es un experto con la silla?
La vida me dio la oportunidad de aprender con una persona con discapacidad... No es difícil, pero es de mucho tino, sobriedad y responsabilidad.

Cuando ve a una persona con discapacidad en problemas, ¿qué hace?
Me he acercado en varias ocasiones, en un hospital o en el parque. Hay personas a las que se les dificulta mucho ayudar a otra que está en silla de ruedas. Entonces, yo les digo ‘no así’, ‘dele la vuelta’, ‘jálele de acá’... Son cosas que he aprendido en mi trabajo. Las personas con discapacidad deberían tener garantías para circular en cualquier lugar, pero ante las circunstancias y lo que ha creado la sociedad, precisamente eso es lo que no se tiene.

¿No le dio recelo o temor llevar la silla de un hombre tan importante?
Al principio sí tuve recelo y hasta miedo. Pero aprendí con la oportunidad que él y su familia me brindaron. Así, me convertí en el primer morenista. Estoy convencido de que es el mejor.

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¿Mejor que el anterior?
He visto particularidades y siento que (Lenín Moreno) es el mejor.

En el poder hay “buenos” y “malos”. ¿Cuando identifica a un “malo”, se lo dice al presidente?
Sí, porque él me ha brindado esa confianza. Si puedo decirle ‘vea, jefe, esta persona es buena o mala’, le digo. Mi tarea es cuidarlo y apoyarlo.

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¿Cómo reacciona cuando le dicen traidor, desleal y se burlan de su condición?
Me molesta mucho y a veces me dan ganas de contestar los insultos, pero, como él mismo lo predica, eso sería envenenar mi alma y mi corazón.

¿Le golpeó el rompimiento con Rafael Correa?
Más bien me hizo ver las cosas diferentes. Hubo cosas que le ocultaban... No decían la verdad ni en los mismos medios públicos. A veces la admiración que siente por una persona no se refleja con la realidad. Pero, eso sí, nunca le perdí el respeto al expresidente Correa.

¿Qué hará cuando se acabe el periodo de Moreno?
No lo sé. Si Dios me da la oportunidad, en donde él crea que pueda aportar, lo haré con mucho amor y dedicación. (I)