La escalada de violencia que sacude a Rio de Janeiro dejó una nueva víctima este lunes, un policía muerto por una bala en la cabeza, al día siguiente de que un tiroteo sembrara el pánico en la carretera que conduce al aeropuerto.

"Policías de la favela de Mangueira fueron atacados. Eviten esa zona", indicó la corporación en su cuenta de Twitter.

El agente fue asesinado a primera hora de la mañana, mientras se realizaba el relevo de la guardia en esta favela situada a unos diez kilómetros al norte del centro de Rio, según informaron las autoridades locales a la AFP.

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Otro policía fue alcanzado por un tiro en la pierna atribuido a los narcotraficantes.

Desde el comienzo del año, 88 policías fueron asesinados en Rio, diez más que en el mismo periodo del año anterior.

Los dos agentes alcanzados el lunes estaban en el puesto de una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), policía de proximidad que trata de arrebatar el control de las favelas a los traficantes de droga.

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Pero los tiroteos se multiplicaron estas últimas semanas en la ciudad que hace un año recibía los Juegos Olímpicos, con una terrible media de tres personas alcanzadas por balas perdidas al día durante los seis primeros meses de 2017.

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El domingo por la noche, la principal vía de acceso al aeropuerto internacional fue bloqueada durante varias horas por otro episodio de violencia.

Varios hombres armados amenazaron a conductores para robarles sus vehículos, la policía intervino y se produjeron intercambios de tiros que sembraron el pánico en esta carretera muy transitada que une los barrios del norte con el centro de Rio.

Numerosos vídeos amateur que circularon por las redes sociales mostraban a personas que trataban de ponerse a salvo refugiándose detrás de sus autos. Testigos citados por la prensa afirman haber visto incluso a algunos conductores esconderse en el maletero de su vehículo.

Otros prefirieron abandonar su coche para refugiarse en una comisaría cercana. Las autoridades no informaron de ninguna víctima.

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El estallido de violencia se agravó por la crisis financiera que afecta al estado de Rio, que, al borde de la ruina, no consigue pagar a tiempo los salarios de sus funcionarios, incluyendo los de los policías. (I)