Ecuador una vez más demuestra su espíritu de solidaridad. Un sentimiento que también llegó del exterior con rescatistas que vinieron desde México, Argentina, Colombia y otros países. La ayuda aún se necesita y es preciso entender que debemos estar preparados para seguir dando la mano. Los más pequeños han sido un ejemplo a seguir. Desde niños que rompieron su alcancía hasta otros que donaron sus peluches a cambio de botellas de agua para los damnificados del terremoto del pasado 16 de abril y que deja daños en Esmeraldas, Manabí, Los Ríos, Santa Elena, Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas.