Desde que Ecuador inició como exportador petrolero, solo en los 70 y durante el gobierno de Rafael Correa ha gozado de un boom de ingresos por el valor del barril.

Cayó a su nivel más bajo en doce años esta semana y, según las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AEI, por sus siglas en inglés), podría seguir en descenso empujado por una sobreoferta de la producción mundial. El precio del petróleo arrancó con tropiezos el 2016 y empieza a complicar la economía de países altamente dependientes de este recurso, como Ecuador.

El barril del WTI (West Texas Intermediate), que sirve de referencia para el crudo ecuatoriano, alcanzó $ 26,55 el pasado 20 de enero y dejó al del país en $ 19,95, según estimaciones de la estatal Petroecuador. Una cifra muy por debajo de los $ 35 que el gobierno de Rafael Correa fijó en el Presupuesto General del Estado de este año.

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“Aunque no pronosticamos formalmente la producción petrolera de la OPEP, en un escenario en que Irán añade 600 mil bpd (barriles de petróleo por día) al mercado hasta mediados de año, y otros miembros mantienen la producción actual, la oferta global podría exceder a la demanda en 1,5 millones de bpd en la primera mitad de 2016”, dijo la AIE en un reporte.

Ecuador ha visto mermar desde el año pasado los recursos provenientes del petróleo: las exportaciones petroleras de 2015 ($ 5.980 millones) tuvieron una reducción del 49% en relación con las de 2014 ($ 11.716 millones), según un reporte del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), lo que incidió también en una baja del 29% en las exportaciones totales y en un deterioro de la balanza comercial. Su saldo pasó de ser positivo en $ 150 millones a negativo en $ 1.886 millones.

Es uno de los escenarios económicos más complicados que le ha tocado enfrentar a este Gobierno que, a diferencia de los anteriores, gozó del segundo boom petrolero que ha tenido el país desde que exporta petróleo debido a los altos precios.

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Históricamente, el precio del crudo ha sido bajo, ligado siempre a la coyuntura política externa. En 1972 cuando se produce la primera exportación de crudo, el barril se ubicaba en $ 2,34; en 1973 llega a $ 4,20 y en 1974 sube a $ 13,70. En esos años, aupado por las regalías que dejaba el recurso, Ecuador tiene un crecimiento acelerado de su economía.  El país era gobernado entonces por un gobierno militar dirigido por el Gral. Guillermo Rodríguez Lara, que aplica una política nacionalista en el campo de los hidrocarburos.

Para 1979 con el retorno a la democracia, Jaime Roldós asume el Gobierno con un precio del crudo de $ 23,50 y lo ve incrementarse a $ 35,20 dado el conflicto bélico entre Irán e Irak en 1980. En 1981, el precio se dispara a un máximo de $ 34,50, justo en plena guerra de Paquisha entre Ecuador y Perú.

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Fueron épocas dinámicas, en las que el Estado dispuso de una “substancial e inusitada fuente de recursos”, señala el análisis de 1998 del Banco Central (BCE) ‘Los shocks exógenos y el crecimiento económico del Ecuador’, y la escalada de los ingresos petroleros fortalecieron las reservas internacionales y la capacidad de compra del país. Las importaciones de 1972 a 1980 pasaron de $ 284 a $ 2.242 millones. “... En las finanzas públicas el aporte de los ingresos petroleros al presupuesto del Estado aumentó de 16% a 43%. Adicionalmente, este contexto aparentemente favorable le permitió al país convertirse en un atractivo sujeto de crédito, dándose inicio a un importante endeudamiento externo a partir de 1976”, agrega el documento.

A inicios de la década de los ochenta, el peso petrolero en las exportaciones totales representó el 68%. Hoy, señaló el pasado martes Santiago J. Bucaram, director del Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), en el panel ‘Perspectivas económicas 2016 en la UEES’, 51% de las exportaciones del país son de petróleo y 51% de las divisas vienen por este recurso, lo cual –a su juicio– es muy grave porque son ingresos no permanentes.

Fue lo que pasó a inicios de los años 80. En 1983 varios países de América Latina, incluido Ecuador, se declaran en moratoria para cumplir con los organismos financieros internacionales justo cuando el precio del petróleo cae a $ 28,10, lo que implicó ajustes a la economía, alza de precios y protestas sociales.

La situación se agudizó en el gobierno de León Febres-Cordero con la crisis internacional de precios del petróleo que provocó un desplome a $ 12,70. A esto se sumó el terremoto de 1987, que destruyó el oleoducto ecuatoriano y provocó una caída de la producción: el barril baja a $ 12,50.

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En los años 90, durante el gobierno de Rodrigo Borja el precio sube a $ 20,30 y durante los años siguiente fluctúa entre $ 13 (con el que gobernó Sixto Durán-Ballén) y ese valor. En 1998, Jamil Mahuad enfrenta el peor panorama petrolero: asume el poder y el precio se desploma a $ 9,20 y luego a $ 6. Eso, sumado a la quiebra de los bancos, desató una de las peores crisis económica y política del país.

La desestabilización interna y el precio del crudo fueron remontándose de a poco ya entrado el siglo XXI. En el 2003, Lucio Gutiérrez arranca su periodo con un barril de $ 25,07. En el 2005, el crudo alcanza un récord histórico de $ 43,81 y, en el 2006, ya con su sucesor, Alfredo Palacio, el barril de petróleo tiene una nueva subida a $ 65.

Desde entonces comenzó una inusitada alza del precio en los mercados internacionales, con la que Rafael Correa se estrena en el poder. El Gobierno gozó del mayor precio que haya alcanzado el barril de petróleo ecuatoriano en toda su historia: $ 123 en junio del 2008. Y, luego, de tres años de bonanza de precios altos en 2011, 2012 y 2013 (entre $ 95 y $ 99 el barril).

“Lo que acabamos de vivir los últimos siete años corresponde a este segundo boom petrolero y tal ha sido el influjo de recursos que si comparamos los ingresos recibidos desde el retorno a la democracia en el 79 hasta el año previo al nuevo régimen, sumados todos estos recursos son casi equivalentes...”, aseguró Sebastián Oleas, profesor (a) de la USFQ, en el evento de la UEES.

Desde 1979 hasta antes del 2007 el país recibió en términos reales $ 129.757  millones; en los ocho años de este Gobierno la cifra fue de $ 127.544 millones. Este influjo de recursos, dijo, cambió el balance de la economía entre los sectores privado y público. El público tomó un papel preponderante y desplazó al privado (una relación 53% a 47%; en el 2000 era 72,50% a 27,50%, según datos del BCE).

“Al ser un gran comprador el sector público, genera conexiones que cuando las cosas van bien son fantásticas, pero cuando las cosas se echan a perder, también se echa a perder toda la economía”, dijo Oleas.

El Gobierno debe ahora acoplar su gasto a la realidad, a un nivel más bajo de ingresos, considera el analista económico Walter Spurrier, dado que el año pasado prácticamente no hubo ajustes en el gasto corriente, solo en gasto de inversión. “El Gobierno ha venido tomando medidas para tapar un hueco y destapar otro. Por ejemplo, se contrató el desarrollo del campo Auca con Schlumberger, pero les pidió mil millones de dólares para sus gastos (...) gastando los ingresos futuros”, señala.

El presidente Rafael Correa aseguró en una entrevista con agencias de prensa que el país vende a precios bajos que “ya no cubren ni siquiera los costos de producción”, de unos $ 24 por barril. “Creo que es una situación insostenible y que bajó tanto (el precio) por cuestiones geopolíticas y que se les fue la mano”, indicó. De hecho, los precios dependen del mercado internacional y al país, que en 40 años no ha dejado su dependencia petrolera, solo le queda ajustarse a este vaivén. (I)

Estamos preparados para casos extremos, incluso para tener un precio del barril promedio de 20 dólares...”.28/03/2015 Rafael Correa