El ministro del Ambiente, Daniel Ortega, habla con este Diario sobre el país frente al Acuerdo global de París para frenar el cambio climático, las vulnerabilidades nacionales y la decisión de ampliar la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní.

¿Cómo evalúa el acuerdo global alcanzado en la Conferencia sobre Cambio Climático (COP21) en París?
La sociedad global está convencida de la urgencia en la acción que necesita el cambio climático. Más de 100 jefes de Estado asistieron a esta reunión y demostraron un compromiso. Lastimosamente cuando se trata de plasmarlos en el papel y volverlos vinculantes hay una distancia entre la voluntad y el ejercicio de la misma.

¿Cómo se está preparando Ecuador para los efectos del cambio climático? La zona de la Cuenca del Guayas es vulnerable al cambio climático, que afecta a una parte de Guayaquil, que, de continuar el incremento del nivel del mar, se verá severamente perjudicada.
Tenemos la vulnerabilidad de las Islas Galápagos. Solo en el fenómeno de El Niño de 1980 desapareció el 90% de las iguanas marinas y el 75% de los pingüinos, simplemente con algunas especies que fueron afectadas. Antes de viajar a París tuvimos el Pacto de Ciudades sobre Cambio Climático, en Ibarra, donde asistieron la mayor cantidad de municipios, lastimosamente el Municipio de Guayaquil no estuvo presente. Nosotros entendemos que se han dado algunas obras por parte del Municipio, pero no podemos catalogar de un modelo exitoso, un modelo que no ha podido planificar a sabiendas que el incremento de temperaturas estaba ya listo. Hace pocos días tuvimos cinco horas de lluvia en Guayaquil y el sistema colapsó, pese a que es supuestamente nuevo. ¿Qué quiere decir esto? Que no se planificó tomando en cuenta la variable climática. Al día de hoy Guayaquil no tiene un Plan de Contingencia para los riesgos climáticos y no ha tomado medidas urgentes para cambiar esa planificación. Eso nos lleva a pensar también qué pasa en la cuenca del río Guayas y esto también nos invita a un nuevo diálogo con la Prefectura, que es la que administra la cuenca del río Guayas, por el sistema de competencias que tenemos. Esperamos trabajar en sinergia con ellos y con el Gobierno local en Guayaquil, con su empresa concesionaria Interagua para reducir riesgos.

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¿Por qué la INDC que presentó Ecuador como su compromiso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero solo fue reducirlas en ciertos sectores públicos, básicamente por la instalación de plantas hidroeléctricas, y no un compromiso de todas las emisiones del país, como sí lo han hecho otros países, inclusive de la región?
Hemos atacado al sector energético, porque antes teníamos termoeléctricas y otras; y hemos atacado el sector de uso de la tierra, que tiene que ver con deforestación. Esos dos sectores producen casi el 80% del total de nuestras emisiones y los estamos atacando de manera agresiva. Entonces, si bien es cierto que tenemos el sector del transporte, que podemos buscar formas de reducir, es parte de nuestra planificación.

Usted dijo ante el plenario de la COP21 que en el Acuerdo de París debía quedar claro que este pacto permitirá a los países en desarrollo incrementar su acción climática, sin limitar su capacidad para erradicar la pobreza, garantizar el derecho al desarrollo. ¿A qué se refería? ¿A continuar las actividades extractivas?
Estamos apostándole a un modelo de transición. Ecuador si bien es cierto está desarrollando ese aprovechamiento sostenible de recursos no renovables, le apuesta en la transición para una economía que provea beneficios terciarios, es decir, servicios ambientales. Socio Bosque paga por servicio ambiental y le paga al pequeño propietario de tierra. Lo que nosotros precisamos fue: nosotros podemos avanzar más si existiese un verdadero compromiso de recursos económicos... La pregunta tiene que ser es quién está utilizando esos recursos y qué están haciendo ellos para dejar de hacerlo.

¿Por qué insistir, por ejemplo, en explotar el Yasuní, con todo el potencial ambiental que tiene, y ante la baja del precio del petróleo que reduce sustancialmente el objetivo económico de la explotación de los bloques en esa área protegida?
Nosotros estamos apostándole a la sociedad del conocimiento, la inversión está en Yachay, la inversión estuvo en la matriz energética. Recuerde que el Yasuní ITT qué proponía, que la comunidad internacional tuviera una corresponsabilidad con nosotros, por un valor de $ 7.000 millones. Esos $ 7.000 millones eran para financiar también la matriz eléctrica. Ecuador financió la matriz eléctrica con o sin Yasuní ITT

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¿Pero con los precios actuales del barril de petróleo ya no tendría razón de ser la prioridad de explotarlo?
Los precios bajos del petróleo son el principal enemigo del cambio climático. Más allá del Yasuní, los precios del petróleo hacen que las energías renovables no sean competitivas y los países no aceleren su transición. Pese a esas condiciones, Ecuador a hecho su transición. La pregunta es, entonces, la voluntad política termina siendo pequeña en los países que más contaminan y es ahí donde tenemos que levantar la sensibilidad global. Por qué un problema global destruye las Galápagos, cuando nosotros como país estamos haciendo todo lo posible por conservarlas. Necesitamos esa coherencia global. (I)

Me parece que es una posición muy coherente la de aprovechar sosteniblemente, para alcanzar una mayor calidad de vida”.Daniel Ortega, Ministro del Ambiente