Desde Milán (Italia), el presidente Rafael Correa reprochó ayer el paro preventivo de actividades que realizaron el pasado viernes las asambleas ciudadanas de las islas Santa Cruz y San Cristóbal, de Galápagos, como rechazo a la recién aprobada Ley Orgánica de Régimen Especial de Galápagos.

Esa protesta –que paralizó actividades en la provincia– fue para el mandatario “un fracaso” y aseguró no entender los motivos “cuando el Gobierno de la Revolución Ciudadana ha sido el que más ha hecho por Galápagos”.

Para el mandatario, el paro “no tiene justificación” porque aseguró que la ley “es muy buena” y solo un tema “ha levantado polvareda”, que es dar de baja el sistema de fijación de salarios para evitar que el sector público gane el 100% más y en el privado el 75% más, que en el continente. Y reemplazarlo por un sistema que tome como base el IPC (índice de precios al consumidor).

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“Nosotros hacemos lo técnico, lo lógico y lo constitucional”, insistió el mandatario y acusó al asambleísta por Galápagos exofiacialista, Ángel Vilema, y a su exaliada Fanny Uribe (Avanza) de ser “demagogos y mediocres”, por calificar de inconstitucional dicha ley.

“En buena hora, los que estaban en esta revolución solo por dinero, solo pensando en su bolsillo, mejor que se vayan y no vuelvan”, dijo Correa. (I)