Una amenaza de muerte cambió su vida y oficio. Ahora Miguel Flores Rivera, 65 años, vende piñas en Vargas Torres y Juan Montalvo. En esa esquina de Milagro, Floresmilo –como es conocido– me cuenta su vida mientras con una mano –le amputaron el brazo izquierdo– pela una piña y luego la corta en tajadas.