Historia, modernidad, un casco colonial vivo, cultura, arquitectura, gastronomía y naturaleza han convertido a Quito, la capital ecuatoriana, en un destino ‘top’ de las principales guías de turismo. Asimismo, ha sido recomendado como uno de los mejores atractivos de Suramérica.
La ciudad fue incluida en la prestigiosa lista de Lonely Planet como uno de los ocho mejores destinos de Sudamérica para visitar, y destacada por TripAdvisor en su clasificación Traveller’s Choice como uno de los diez destinos más recomendados de la región a base de millones de opiniones de viajeros de todo el mundo.
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En muchas publicaciones, Quito aparece como una de las ciudades más subestimadas del continente, pues no es solo un lugar para admirar, sino para sentir en medio de la naturaleza.
Enclavada en la cordillera de los Andes, la capital ecuatoriana tiene el casco histórico más grande y mejor conservado de la región: iglesias, conventos, museos, casas coloniales, comercios y estrechas calles testigos de mil historias se entrelazan día a día con los vecinos que viven en la zona, que en 1978 se convirtió en el primer patrimonio cultural de la humanidad declarado por la Unesco.
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“Muchos turistas no están acostumbrados a ver centros históricos tan preservados y tan vivos a la vez”, dijo Diana Carrasco, gerenta general de Quindetour, al subrayar que los turistas pueden vivir “experiencias distintas” gracias a un casco colonial habitado y con una alta actividad comercial cotidiana.
Además, como parte de los recorridos, los turistas también pueden degustar un café en casas de vecinos que les comparten sus vivencias; preparar platos típicos; ser testigos de una vibrante actividad comercial de todo tipo; o presenciar el desborde de fe en iglesias abiertas al público.
La ruta de las iglesias de Quito
El centro histórico de Quito alberga decenas de iglesias, capillas, conventos y monasterios. Entre ellos destaca la Basílica del Voto Nacional, la más grande y visible desde distintas partes de la ciudad, por su característico estilo neogótico.
Cerca de la catedral y el Palacio de Carondelet -sede de la Presidencia-, la Iglesia de la Compañía es el mayor exponente del barroco en Quito y uno de los templos más visitados por su espectacularidad, gracias al pan de oro que recubre su interior.
A pocos pasos, la Iglesia y el convento de San Francisco se levantan como uno de los complejos religiosos más grandes de América. En él se conjugaron diferentes estilos arquitectónicos a lo largo de los 150 años que tomó su construcción.
El acceso al centro histórico ha mejorado desde el año 2023, momento en el que entró en funcionamiento el Metro de Quito, que conecta el norte y sur de la ciudad a través de quince estaciones.
Pero el encanto de Quito no solo está en la majestuosa arquitectura de su casco colonial o sus rutas de leyendas, sino en el contraste con la ciudad moderna. Esto se ha logrado con edificios de distinto estilo, parques, centros comerciales, mercados, restaurantes típicos y aquellos de alta cocina que combinan el exquisito sabor de lo tradicional con lo mejor de la comida internacional.
El hechizo de la Mitad del Mundo
La milenaria Quito, que en el idioma ancestral quitu-cara significa “pueblo de la mitad del mundo”, está custodiada por el complejo montañoso del Pichincha, al que se puede acceder gracias a un teleférico que, desde casi 4.000 metros de altura, ofrece una espectacular vista de las zonas moderna y colonial, además de los parques que tiene la ciudad.
A pocos kilómetros de su núcleo urbano pasa la línea ecuatorial, donde se levanta un monumento de 30 metros de altura que rinde honor a la simbólica de la división de los hemisferios norte y sur.
En su parte rural, la Ruta Escondida es uno de los parajes más destacados de Quito: un recorrido rural y cultural que conecta cinco parroquias al nororiente de la ciudad: Puéllaro, Perucho, Chavezpamba, Atahualpa y San José de Minas.
Se trata de un camino ancestral que atraviesa paisajes andinos, bosques nublados y zonas agrícolas, donde se experimentan tradiciones vivas, gastronomía local y hospitalidad comunitaria.
El turismo de aventura, a pie o en bicicleta, ofrece al turista postales únicas de una naturaleza vibrante en los alrededores de la ciudad, un recorrido ideal para quienes buscan desconectar del ruido urbano y reconectar con la esencia de los Andes.
“Es mágico, nunca me deja de sorprender”, comentó Carrasco sobre Quito, una ciudad de contrastes, donde el invierno y el verano conviven en el mismo día, y donde el pasado y el presente se entrelazan en armonía. (E)