En ocasiones, un hotel puede sentirse demasiado –digámoslo así– “hotelero”. Desabridamente formal. Excesivamente frío... Así ocurre cuando las rígidas fórmulas relacionadas a la industria de la hospitalidad bloquean los espacios para que se abran ciertas grietas que de forma agradable pueden llevarnos hacia una comodidad más relajada.

Dormir en un edificio de cemento es lo normal. Pero existen hoteles que se han arriesgado para levantar estructuras fuera de lo común, para ser más precisos, sobre robustos árboles que inyectan una especial dosis de confort y mayor contacto con la naturaleza durante el hospedaje.

Esa opción parecería propia de destinos exóticos a muchas horas de avión de distancia, pero muy cerca de Guayaquil hemos identificado dos hoteles que tienen esa singular oferta dentro de su catálogo de servicios.

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El Jardín de Playas: la cabaña Carlotita

Docenas de pequeñas aves revolotean en la abundante vegetación que crece en la hostería El Jardín de Playas como un espectáculo que siempre atrapa la atención de los huéspedes que llegan al km 10,5 de la vía Playas-Data para relajarse en alguna de sus 13 habitaciones en medio de un ambiente amigable con las mascotas.

Tal alojamiento tiene lugar en coloridas cabañas de una y dos plantas con todo lo necesario para atender a familias de hasta 6 miembros, como cocina con implementos y mesa de comedor, además de balcón con vista a los demás espacios dentro de la hostería.

La piscina, zona de hamacas e incluso una pequeña cancha de fútbol son parte de ese escenario que inspira la relajación, pero llama especialmente la atención una acogedora cabaña que luce encaramada en un árbol de mediana altura. Esa precisamente es la cabaña Carlotita, considerada la consentida y preferida de buena parte de los clientes de este hotel, señala su propietaria, María Gabriela Espinoza.

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La hostería El Jardín de Playas cuenta con la cabaña Carlotita, sobre un árbol, la cual es muy solicitada por parejas.

“Es la joya del Jardín de Playas. Se llama así en honor a mi mamá, quien tiene 87 años. La construimos hace cuatro años y ha sido la más buscada por las parejas, por las mamás que vienen con sus hijas, por las hermanas”, señala sobre esa cabaña que tiene una cama doble y todas las comodidades, como acondicionador de aire, wifi, televisión por cable y agua caliente.

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El área bajo la elevada cabaña Carlotita posee asientos, hamacas y una refrigeradora.

En la planta baja tiene un sillón para dos personas, hamacas y la refrigedora. “Hicimos esta suite porque mi mamá una vez dijo que soñaba con una casita en el árbol. Así que quisimos hacerle realidad ese sueño”.

Es una casita construida con mucho amor que evoca los cuentos infantiles.

Informes: 099-515-1394, eljardindeplayas.com.ec. La tarifa es de $ 70 por la pareja en la cabaña Carlotita, con desayuno e impuestos incluidos. Pero El Jardín de Playas tiene tarifas desde $ 65 para la pareja.

Santval Lodge, con clima templado

A 1 hora y 45 minutos de Guayaquil se encuentra Santval Lodge, un pequeño proyecto de la mano de Luis Gonzalo Santillán y su esposa, Mary Valdiviezo. La entrada del lodge se encuentra en el km 16 entre Bucay y Pallatanga (un letrero a la izquierda le avisará); desde Bucay los viajeros ya pueden ir acostumbrándose al clima de la zona, caracterizado por la frescura y una que otra pequeña lluvia.

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Existen dos carreteras para llegar, la primera Guayaquil-Bucay-Pallatanga y la otra Guayaquil-Milagro-Bucay. El lugar se encuentra rodeado de una extensa vegetación, donde se puede encontrar gran variedad de plantas y aves, lo que resulta un deleite por el sonido mágico de la naturaleza que permite disfrutar, relajar, refrescar con la brisa del viento y del río. “No quisimos hacer un impacto ambiental y hemos tratado de que el lugar sea lo más ecológico posible”, dice Gonzalo. Se han creado biojardineras y plantas residuales de gas autosuficientes, para así generar sustentabilidad, y la luz es por energía solar.

Santval Lodge posee dos cabañas construidas sobre árboles nativos del lugar que tienen varios años de edad.

Las habitaciones son cómodas y confortables. Entre ellas las suites Delux, recomendadas para parejas. Son cabañas que tienen una curiosa historia porque “fueron construidas alrededor de una piedra tan grande que era imposible de mover. Las bautizamos como las piedras del amor y fueron acondicionadas para ser las bases de las camas. Las habitaciones son amplias, cómodas y cuentan con tina de hidromasaje”.

Hay dos cabañas construidas en árboles nativos del lugar que tienen varios años de edad. Gonzalo cuenta que se aprovecharon las ramas para estabilizar las cabañas, que cuentan con dos amplias habitaciones cómodas y modernas para un descanso placentero. “Están equipadas con todo lo necesario para una habitación moderna”.

Interior de una de las cabañas en árboles del Santval Lodge.

Si quiere ir a los alrededores puede visitar Pallatanga (a 25 minutos del lodge) y las muy numerosas cascadas. La circulación por el puente Salsipuedes ya permite un acceso sin contratiempos. Si va en grupo puede hospedarse en las habitaciones familiares amplias y bien equipadas con agua caliente. “Ciertas habitaciones están acondicionadas para personas con capacidades especiales y adultos mayores”.

Santval Lodge posee dos cabañas construidas sobre árboles nativos. Una opción brinda camas gemelas.

En el restaurante, al aire libre, se podrá disfrutar de desayunos saludables, gastronomía nacional e internacional (hay un menú vegano y vegetariano). Además, el lodge cuenta con espacios verdes, área de parrillada, piscina para niños y adultos, juegos infantiles, playa en el río y cancha de fútbol.

Informes: 099-381-3044, 096-883-8559 y 098-809-1512, Facebook e Instagram: @Santval, www.ecohosteriasantval.com