No es un largo trayecto y la carretera se mantiene en buen estado. Capto la helada brisa, escucho las piedras del río y admiro las grandes montañas cuando llego a Cuenca desde Guayaquil. No suelo viajar con frecuencia a esta hermosa ciudad que para mí es una de las mejores de Ecuador, sin embargo, cuando me comentaron de este plan me precipité a esta aventura a tres horas y media de distancia.