La capital ecuatoriana es un territorio megadiverso, lleno de paisajes y experiencias que te harán escapar de la monotonía y el ruido de los días en la ciudad. Tras tantos meses de confinamiento y restricciones de movilidad a causa del coronavirus, poder disfrutar de paisajes al aire libre son un incentivo para dar momentos de felicidad a las familias.

Si quieres cambiar el clima y tu alrededor sin tener que moverte mucho, Quito es el lugar adecuado. Ecosistemas rodeados de un paisaje volcánico, ambientes que parecen postales y microclimas provocados por la rápida variación de altura, todo eso y más da como resultado un viaje corto que puede volverse impresionante.

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Hoy te compartimos cinco lugares que van desde páramos, cascadas y bosques hasta cumbres montañosas.

1. Tres lagos y lagunas

Lago San Pablo, a orillas del volcán Imbabura. Foto: Archivo

Al norte de la capital queda la provincia de Imbabura, la tierra de los lagos y del mercado indígena más popular del Ecuador, el de Otavalo.

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Sin embargo, este lugar es más que cultura y gastronomía, es un lugar agraciado, de diversidad y grandes lagos que hacen predominar la presencia de fotógrafos, gracias a su maravilloso paisaje.

Tu road trip puede empezar por el lago San Pablo, que se lo divisa desde la carretera Panamericana, donde también puedes encontrar facilidades de actividades y deportes acuáticos.

El recorrido continúa desde Otavalo hacia lo alto de la montaña, al páramo de las lagunas Mojanda: tres cuerpos de agua que destacan por su valor ecológico dentro de un ambiente de humedades. Finalmente, el recorrido continúa en dirección al norte de Cotacachi, al cráter de la montaña, donde se encuentra Cuicocha, una laguna de agua cristalina que puedes recorrer en bote, donde sus cerros se pincelan como islas.

En los alrededores hay bonitos lugares como hosterías o restaurantes con la típica comida de la serranía.

2. ¿Aguas termales? Ve a Pallacta

Aguas termales en Papallacta Foto: Go Ecuador

A menos de una hora de Quito, vía a la Amazonía, el agua caliente, la naturaleza y la relajación infinita te esperan. 3.500 metros de altura sin experimentar frío.

El lugar te permite experimentar el agua en todas sus formas: termales, lagunas, ríos, cascadas, humedales y a veces la sorpresiva nieve. El pueblo de Papallacta está situado entre el volcán Cayambe y el volcán Antisana, que es la fuente de calor de las aguas termales.

La temperatura de las aguas termales varía entre los 30 °C y los 70 °C dependiendo de la distancia que tienen con la fuente del manantial.

Pero no te quedes solo en la piscina, camina alrededor del lugar, ya que te podrías perder la oportunidad de recorrer ecosistemas inigualables. Para probar, se recomienda probar en los resaturantes cercanos las deliciosas truchas que se pescan en la zona.

3. Caminatas en el sendero de Cotopaxi

Senderos del Parque Nacional Cotopaxi, un área protegida del Ecuador. Foto: Archivo

Sin duda, uno de los protagonistas cerca de Quito, aunque en la vecina provincia, es el volcán Cotopaxi, al sur de la capital. Su parque nacional es uno de los más visitados del país, y tiene accesibilidad para personas que se movilizan en silla de ruedas.

Frente al volcán te encontrarás con la laguna de Limpiopungo, y si decides darte la vuelta, podrás toparte con la mejor vista del aclamado volcán, gracias a su reflejo en las aguas cristalinas del lago.

También existe un sendero de 3,3 kilómetros por el que puedes explorar. Es amigable con los adultos mayores, coches de bebés y personas con muletas.

El Cotopaxi se encuentra en la zona denominada “Avenida de los Volcanes”. El ecosistema predominante en el parque es el páramo, con su flora y fauna especiales, por lo que la vegetación principal es de pajonal y pequeños arbustos de altura.

4. Nono, una pizca del campo andino

Parroquia de Nono Foto: Ministerio de Turismo

Explorando las laderas del volcán Pichincha, en dirección al oeste, existe un pueblo pintoresco lleno de casas antiguas, cultivos y ecosistemas acogedores.

El paisaje rural se asemeja a la imagen cinematográfica del campo, junto a una agricultura contemporánea. Los Andes han protegido el suelo a través de pendientes empinadas que aún conservan sus bosques primarios y vegetación nativa, creando un recorrido ecológico que protege su fauna, flora y residentes.

Gran parte del suelo es privado. Para conocerlo, es recomendable encontrar alguna hacienda que te reciba y permita adentrarte en el pueblo.

5. Chocó Andino, el bosque nublado

Chocó Andino Foto: Andean Forests

Cerca del noroccidente de la capital del Ecuador se encuentra una ruptura en la cordillera de los Andes que dan acceso a la Costa. En ese descenso, te encontrarás con pequeños poblados que han dado inicio a la conservación, al turismo, a la agricultura en medio de bosques frondosos.

En el 2018, esta zona dentro del Chocó andino fue declarada como Reserva de Biósfera.

Los destinos son varios: Mindo es uno de los más conocidos por su aventura, Mashpi o Pachijal para la contemplación y admiración de ambientes, y otros rescatan el legado arqueológico de los Yumbos (como Tulipe, donde hay un museo del sitio). (F)