Una visita a la playa se impone a partir de este mes y, si no hay con quién dejar al perro, puede ser tentadora la idea de llevarlo como un turista más.
Para ciertos canes, la playa es fascinante: les da amplio espacio para correr y jugar, los expone a nuevos olores y los familiariza con el agua. Pero la playa no es una buena opción para todos los perros. Hay razas que no pueden nadar. El American Kennel Club enumera las características de estas:
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- Razas con braquicefalia, es decir, caras planas u hocicos extremadamente cortos. No pueden meterse al agua porque les entra con facilidad en la nariz y los pone en riesgo de ahogarse.
- Razas con troncos grandes, en forma de barril. Les cuesta mucho mantenerse a flote.
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- Razas con cuerpos largos y patas cortas, por la misma razón.
- Perros con pelaje largo o espeso pueden tener difícil nadar, por el peso del pelo mojado.
- Razas que no pueden soportar el choque del agua fría.
Aquí la lista de perritos que no deben estar cerca del agua sin supervisión:
- El bulldog, inglés o francés, tiene la triple desventaja de tener una cara plana, un tronco en forma de barril y patas cortas.
- Los pugs. Les gusta jugar en agua poco profunda, pero sus caritas planas hacen que cualquier cuerpo de agua que pase de las patas se vuelva un desafío. Se cansarán pronto tratando de mantener la cabeza fuera del agua.
- Bull terriers. Las patas cortas y el pecho bajo les dificultan estar a flote.
- Basset hounds. Cabeza grande y patas cortas; pero, además, podría haber infección si les entra agua en el canal auditivo.
- Bóxers. Estos perros son fuertes; pero, nuevamente, su cara plana los pone en el mismo riesgo que los pugs. El esfuerzo de mantener la nariz fuera del agua los cansará rápido.
- Corgis. Su cuerpo largo, pecho cilíndrico y patas cortas van mejor con agua poco profunda.
- Dachshunds. Por las mismas razones que los corgis, y tal vez incluso poca agua pueda cansar las patas del daschund, así que vigílelo de cerca.
- Shih tzus. Ellos suman varios inconvenientes: hocico corto, patas cortas, poca masa corporal y abundante pelo, que muchas veces se usa muy largo y les cubre la cara. Además, pueden resfriarse si pasan mucho tiempo mojados.
- Chow chow. También tiene una combinación de hocico pequeño, patas cortas y melena pesada que, al empaparse, puede arrastarlo.
¿Cómo saber si nuestro perro la pasará bien junto al mar?
Dicho esto, su perro se beneficiará si usted no lo descuida y aprovecha el tiempo fuera del agua. Si hay espacio suficiente y tiene la suerte de ir en un día con poca afluencia, pueden correr, jugar al frisbi o a la pelota.
En cambio, si hay otros bañistas y otros perros, den una caminata con correa, exploren la orilla y busquen pequeños tesoros.
Si su perro es un buen nadador, pueden jugar a atrapar en el agua, pero siempre cerca de la orilla. Si es joven y de una raza con altura y peso promedio, enséñele a nadar, con la ayuda de una chaqueta salvavidas.
Lo que sea que elija, siempre supervise a sus animales de compañía; sea un cuidador responsable: no le permita perseguir a otras criaturas, dañar la vegetación, perseguir o ladrar a las personas o a otros perros. Usted no sabe cómo reaccionarán.
Y, definitivamente, no deje en la playa los excrementos de su perro, ni siquiera enterrados. Como en cualquier otro sitio, lleve una funda, recoja y busque un recolector de basura.
Buena conducta en la playa
Para que el día en la playa no tenga inconvenientes, su perro debería haber aprendido algunas normas de comportamiento.
Ir con usted apenas lo llame. Si va a dejar a su perro suelto, aunque sean unos minutos, es porque está seguro de que, cuando lo llame, él vendrá corriendo; y de que, si le hace la señal de ‘no’ o de ‘sentado’, le obedecerá. Si su perro no está listo para esa clase de libertad, usará correa todo el tiempo o no irá a la playa.
“¡Déjalo!” es otra orden que su perro debería reconocer y obedecer. Significa que no puede comer algo que se encontró, no puede perseguir a un animal que vio en la arena o saltar para alcanzar la comida de alguien.
Si a su perro no le agrada la gente y otros animales domésticos, y aún está en entrenamiento, tal vez sea mejor que elija lugares y horarios menos frecuentados: un día entre semana, las primeras horas de la mañana o el atardecer.
La buena conducta también es para usted. Recuerde que no todas las playas permiten el ingreso de animales caseros, y otras ponen reglas. Investigue el lugar a donde piensa ir y busque los letreros de información o pregunte a los vigilantes del sitio.
Vaya preparado para dar a su perro agua y sombra apenas lo vea cansado o acalorado. Nuevamente, trate de usar las primeras o últimas horas del día para evitar un golpe de calor. No lo deje tomar agua salada ni comer arena.
Esté alerta de animales que pudieran lastimar a su perro, sobre todo si es muy curioso. Y evite caminar con él sobre la arena caliente: puede causarle ampollas. Si la temperatura sube, caminen cerca del borde del agua.
Si aun así quiere refrescar a su perrito en los meses de calor, pero es una de esas razas que es mejor no exponer en la playa, la solución es sencilla: invierta en una pequeña piscina inflable, de las que usan los niños, y ponga poca agua, para que su perro juegue y se bañe sin los peligros del mar.
Seguridad adicional para los perros de razas pequeñas
Si su perrito está en la lista de arriba o tiene una o más de esas características físicas, o si es muy sensible o nervioso cuando está cerca de algún cuerpo de agua, es importante mantenerlo a salvo.
- Si tiene que ir a un lugar con río, laguna, piscina o playa, tenga un chaleco salvavidas para la talla y peso de su perro, y que lo lleve puesto en todo momento. De preferencia que tenga una agarradera en el lomo, para que pueda sacarlo de cualquier percance.
- Si ya se acercó al agua, quédese en la parte poco profunda. No los reprenda si se mojan las patas o juegan, ni los obligue a entrar al agua si no quieren. Deténgalos si el nivel del agua sobrepasa la cabeza.
- Las vallas alrededor de las piscinas son buenas, pero no infalibles. Una rampa o unas gradas permitirán que un perro que cae al agua salga más rápido.
El mejor método para enseñar a nadar a un perro, dice el American Kernel Club, es permitir que otro perro le muestre cómo. Debe ser un perro bien comportado y entrenado, que se lleve bien con el suyo, y los dos dueños deben estar presentes durante el proceso. Su cachorrito aprenderá por observación. (I)