Aunque los relatos de la pandemia de COVID-19 suelen recordarse como negativos, este domingo La Revista quiere celebrar esas historias felices que también ocurrieron durante el 2020 y que involucran a algunos amigos de cuatro patas, felinos y canes que encontraron una familia en uno de los peores momentos de la historia. Gracias a la generosidad de esos humanos ahora tienen su ‘barriguita llena’ y muchos cuidados.

Amor de perros y gatos

Historia de Jorge Sánchez Parra: Rescatar una mascota es una cuestión de decisión, de hacer lo correcto, así a veces las circunstancias no sean las mejores. Sirius Black (perro) vivía en mi lugar de trabajo, no le faltaba comida ni cuidados, pero sí extrañaba una familia que estuviera más pendiente de él. Casi un año después de haber vivido ahí, toda su etapa de cachorro, en diciembre de 2020 decidieron que era necesario encontrarle un nuevo hogar, donde pueda disfrutar de más calor y mimos. Luego de hablar con mi esposa lo trajimos a casa, primero para ver cómo se iba a llevar con nuestro gato Capi, hasta aquel momento la única mascota de la familia, pero rápidamente nos dimos cuenta de que ambos se aceptaron con mucha facilidad. Desde entonces dejamos de ser 3 para sumar un nuevo miembro.

Jorge Sánchez Parra y su esposa adoptaron a Richi (gato) y Sirius Black (perro) entre 2020 y 2021. Foto: Cortesía

Con Richie (gato) la situación fue distinta. Volviendo de un paseo nocturno con Sirius, escuché a un gato llorando persistentemente. Pensé que simplemente era uno del barrio que se había quedado atrapado en un árbol o algo así, cuando veo al perro escarbando en la tierra. Para nuestra sorpresa, algún desalmado había elegido dejar botado en medio parque a un bebé de menos de un mes de nacido. Era junio de 2021 y la situación económica no es que fuera la más holgada en aquel momento, pero sin dudar lo entré a la casa y cuidamos de él, en aquel momento pensamos que era ‘ella’, y ya simplemente nos hicimos cargo. El zorro le dice al Principito: “Eres responsable para siempre de lo que has domesticado”, acá somos responsables para siempre de lo que hemos rescatado. La familia ahora es de 5: mi esposa, dos gatos, un perro y yo. Y, ¿la verdad? Estamos muy felices así.

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Kitty, la insistente

Historia de Allison Álvarez: A pesar de que el año 2020 comenzó con una pandemia que afectó a todo el mundo, los sucesos malos no son los únicos que prevalecen, ya que algo con lo que estaré siempre agradecida con Dios fue la aparición de una nueva integrante en mi familia, una gatita que nombramos con cariño Kitty. Un día durante la cuarentena, ella estaba maullando cerca de mi casa por comida y se paraba en la ventana junto a mi gato macho, lo que daba la impresión como si él la hubiera invitado.

Kitty, en la actualidad. Foto: Cortesía

Aunque al principio se la espantó, porque creíamos que era algún gato que venía a buscar pelea, Kitty tuvo una firme perseverancia por buscar un hogar y siempre volvía y se quedaba durmiendo cerca. Entonces fue cuando nos percatamos de que en verdad era una gatita pequeña, de unos pocos meses, por lo que procedimos a alimentarla y a dejarla entrar a casa y poco a poco nos empezamos a encariñar con ella y finalmente la adoptamos. Actualmente mi gata ya está esterilizada, se lleva bien con mi gato y sus otros amigos gatunos y sigue recibiendo el amor que se merece.

Tuercas, como su mamá

Historia de Anita Montero: Desde antes de que comenzara la pandemia, tenía como costumbre visitar a unas perritas que vivían en un taller mecánico y llevarles comida. Por eso, cuando todo se cerró por la cuarentena, inmediatamente me preocupé. Una de ellas, de nombre Tuerca, había dado a luz a varios cachorros y además se encontraba muy débil y enferma, por lo que falleció. Así que tomé la decisión de llevarme a los cachorros, de los cuales se salvaron solo tres: dos hembras y un macho (los demás murieron, al parecer, de moquillo). Decidimos quedarnos con una de ellas, que era igual a su mamá, y la nombramos Tuerquitas en su honor. Fue un largo camino en su recuperación, pues no tuvo tiempo suficiente a su mamá y hermanos. Pero hoy, casi dos años después, es una mascota muy fuerte y juguetona, y que también a veces nos abruma con su energía de cachorra en el parque o la playa, donde ama ir a correr. Ella encontró una familia y nosotros, esa chispa que siempre alegra un hogar.

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Tuercas sobrevivió a la muerte de su mamá mientras ella aún era prematura. Hoy tiene ya 1 año y 5 meses.

Theo, el flaco y sucio

Historia de Judith de la Torre Giler: Theo llegó a nuestras vidas a mitades de abril del 2020. Cuando lo conocimos, estaba flaco y sucio y maullaba pidiendo comida. Mi papá al principio le comenzó a dar comida, y yo me sumé después. Lentamente comencé a ganar su confianza dándole comida todas las mañanas y noches. Y así, poco a poco, comenzó a dejarse agarrar por nosotros, se ponía en mis piernas para que lo acariciara y de esa manera comenzamos a crear un lazo que mantenemos hasta ahora. Theo, de repente, llegó a la casa y a pesar de que otros vecinos también le daban comida, él decidió quedarse en la nuestra. Quiero creer que es el destino que nos hizo cruzarnos. Ahora Theo es un gato adulto, esterilizado, con la pancita llena y rodeado de mucho amor.

Theo encontró un hogar en abril del 2020 y su pasado en las calles quedó atrás.