Los cazadores anteriores al Homo sapiens reafilaban las puntas rotas de lanzas y palos arrojadizos para cazar y limpiar pieles de animales, según revela un nuevo estudio.
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Entre las armas encontradas hace tres décadas en Schöningen se encontraban al menos veinte lanzas y palos arrojadizos.
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Los cazadores anteriores al Homo sapiens reafilaban las puntas rotas de lanzas y palos arrojadizos para cazar y limpiar pieles de animales, según revela un nuevo estudio.
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La sociedad en su conjunto está en deuda con estos “misioneros del agro”, usualmente mal remunerados, laborando en situaciones precarias...
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