La pasión por ofrecer una experiencia auténtica en la que se cuida cada detalle, desde la calidad de los ingredientes hasta el ambiente que invita a compartir y que incluye la concepción y el diseño, es parte de Ichigo, un restaurante que en cada plato destaca la fusión entre la cocina japonesa y los sabores auténticos de Latinoamérica.
Ubicado en la planta baja del centro comercial Alhambra, en el km 2,5 de la avenida Samborondón, Ichigo surgió de los distintos viajes y recorridos de su propietario, quien vivió de cerca los sabores, la cultura y la inspiración que le ha regalado cada lugar visitado.
“Es una mezcla de experiencias, memorias y pasiones que hoy se transforman en un espacio para compartir buena comida y momentos especiales“, comenta su propietario.
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Ichigo sobresale también por su construcción.
“La arquitectura mezcla materiales cálidos y texturas artesanales: la fachada está revestida con un mosaico de piedra que marca presencia desde el exterior, mientras que el interior incorpora ladrillos diseñados y fabricados especialmente para el proyecto, aportando carácter y unicidad”, se indica.
La barra destaca por su tono dorado, un guiño al oro de las culturas precolombinas, se dice.
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Y las mesas se visten de un mármol rojo profundo que añade fuerza y sofisticación.
Todo se equilibra con toques de verde en el mobiliario, generando contraste y frescura en la paleta terrosa.
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La iluminación suave y las curvas del espacio refuerzan una atmósfera íntima, contemporánea y con identidad propia, donde cada detalle conecta con la idea de un lugar que une mundos distintos en un mismo viaje sensorial.
El ‘top’ 6 de Ichigo
Estos son los platos más pedidos por los clientes en Ichigo, espacio que celebra la fusión cultural entre Japón y Latinoamérica, y que innova sin perder su raíz: la unión entre cultura, sabor y hospitalidad:
1. Marrow tartar. El tartar es para quienes disfrutan explorar la untuosidad de este producto en su máxima expresión. “Res marinada sobre tuétano rostizado, rico, intenso, para compartir”.
2. Nigiri unagui. Anguila glaseada y flameada; jugosa, con ese dulzor tostado que deja una nota ahumada al final.
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3. Ceviche jipisake. En cada mesa, el ceviche tiene su propia versión. “En la nuestra lo llevamos más allá: Salmón bites en leche de tigre, equilibrados con taxo y grosella china (fruto es la carambola). Un homenaje a la tradición, transformado con la técnica japonesa y el sabor del Ecuador”.
4. Udon shitake al tartufo. Es una fusión que se siente profunda, desde el primer bocado, aseguran en Ichigo. “Estos fideos de origen japonés tienen la particularidad de absorber mucho sabor. El aporte de los hongos es fundamental para generar ese umami (sabor) y jugosidad, junto a las notas de trufa”.
5. Niku usuzukuri. Niku, la palabra japonesa para la carne. “En Ichigo lo servimos en corte delgados, tipo usuzukuri, cocinados al instante con la técnica aburi: calor directo que sella sin perder suavidad. Acompañado de encurtidos y una salsa yuzu cítrica”.
6. Tako al kimchi. Tako, significa pulpo en japonés. Se lo sirve sellado y cubierto con chimichurri de kimchi; fermentado, ligeramente picante y lleno de sabor. Acompañado de causas crocantes en salsa de lulo, que aporta acidez, dulzor y frescura.
Udon shitake al tartufo, una receta de Ichigo para compartir
Ingredientes:
- 100 gramos de langostino
- 3 unidades de conchas
- 5 unidades de scallops
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de umami
- 1 pizca de azúcar
- 80 gramos de hongo shiitake (ya cocido).
- 35 gramos de hongo portobello
- 30 ml de sake
- 1 onza de aceite de trufa
- 5 gramos de soya
- 20 gramos de salsa funghi
- 100 gramos de pasta udon (precocida)
- 5 gramos de cebolla china
Preparación:
1. Sazonar la proteína. Condimentar conchas, langostinos y scallops con sal y umami.
2. Sellar. Calentar un bol o sartén a fuego alto. Colocar las proteínas y dejarlas sellar bien por ambos lados.
3. Agregar vegetales. Incorporar los hongos shiitake y portobello, saltear para que suelten aroma y sabor.
4. Incorporar salsa. Agregar la salsa funghi y seguir salteando. Añadir la salsa de soya, una pizca de sal y azúcar. Cocinar hasta que la salsa reduzca ligeramente.
5. La pasta. Incorporar la pasta udon. Verter un chorrito de sake y unas gotas de aceite de trufa. Seguir salteando hasta que todo quede bien integrado.
6. Finalizar y servir. Rectificar sabor si es necesario. Decorar con cebolla china. Servir caliente. (I)