Las personas que han tenido una baja por cáncer continúan trabajando, pero en menor proporción que los trabajadores que no han sufrido la enfermedad, y además presentan una trayectoria laboral menos estable, según el Centro de Investigación en Salud Laboral de España (Cisal), la Universidad Pompeu Fabra, el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y el Ciber de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp).