La rinitis alérgica es un trastorno muy común que afecta a las personas de todas las edades (pero hace más presencia en los años adolescentes). Es fácil ignorarla, tolerarla, atribuirla a cualquier causa o darle un tratamiento equivocado, porque no se la considera una enfermedad severa.

Pero sí es una enfermedad clínicamente relevante, según el alergólogo e inmunólogo Alexander Greiner, del hospital Rady Children’s Health, de San Diego, California. Es indicadora de varias complicaciones, es un factor de riesgo mayor para el asma mal controlada y afecta la calidad de vida y la productividad.

Para quien tiene un diagnóstico de rinitis alérgica hay tratamiento disponible, con diferente eficacia y seguridad. Solo la inmunoterapia específica de alérgenos tiene el potencial de cambiar la vida de estos pacientes.

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Los antihistamínicos dan alivio a cierto tipo de pacientes alérgicos, pero los que tienen inflamación bronquial necesitan otro tipo de medicamentos. Foto: Shutterstock

La doctora Desiree Larenas-Linnemann, coordinadora del Registro de Asma Grave en México y vocera oficial de GINA (Global Initiative for Asthma), quien estuvo en Ecuador en junio de este año, explica que otorrinolaringólogos, alergólogos y médicos generales se enfrentan a las dificultades del tratamiento de la rinitis alérgica.

“Una alergia es una reacción exagerada a ciertas sustancias que llamamos alérgenos, al cual el paciente se expone en el ambiente. ¿Por qué se vuelve alérgico al polvo de la casa o al polen, que en realidad no me causan daño? La gran mayoría tiene predisposición genética”, establece.

Los alergólogos se concentran en detectar con exactitud a qué tiene alergia su paciente. “Lo hacemos generalmente con pruebas de la piel, un órgano que está a la vista y que está conectado con todo lo que pasa por dentro”. En la piel se pueden probar 40 diferentes agentes: el ácaro del polvo casero, otros tipos de ácaros, el polen, el gato, el perro, el hongo. “Si estoy en Quito voy a enfocarme en el ácaro del polvo casero y el tipo de polen que tenemos en esta ciudad”, principalmente de pastos.

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En la prueba de la piel se pone una gotita de cada extracto en los antebrazos, y se hace un pequeño raspón encima para ver cuál empieza a generar una roncha. Con ese resultado se puede empezar a desensibilizar con las informalmente llamadas ‘vacunas de las alergias’, y que realmente son terapia de desensibilización o inmunoterapia.

Cómo funciona la inmunoterapia en la rinitis alérgica y cuánto tiempo duran sus efectos

“Si aplico bien esas pequeñas dosis de lo que le produce alergia, después de un año y medio el paciente ya no tendrá síntomas, porque he entrenado su cuerpo para que se vuelva tolerante. Y mantengo el tratamiento durante tres años, finalmente queda la memoria en el cuerpo del paciente para mantenerse tolerante”.

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¿Cuánto tiempo permanece esa memoria? Para algunos será una liberación de por vida. A otros los mantendrá saludables 10 o 15 años. Larenas reconoce que al momento no hay una respuesta definitiva y en la actualidad algunos tratamientos se comprometen a dar 10 o 15 años con mejor calidad de vida. “Y luego hay que retomar la terapia”.

Sin embargo, no todo paciente tiene acceso al diagnóstico y a tres años de inmunoterapia, especialmente si su rinitis es percibida como ‘no tan grave’. “Además, al inicio no tengo mejora de mis síntomas, sino hasta meses después”. Esto hace que muchos lo abandonen.

Los antileucotrinos son medicamentos más seguros que los antiinflamatorios corticosteroides. Foto: Shutterstock

Por eso, la base del tratamiento son medicamentos que controlan los síntomas. “Aquí puedo tener dos el famoso antihistamínico, que me corta la respuesta de la histamina (comezón, mucosidad, estornudos, comezón en los ojos y los oídos)”.

Si el paciente experimenta sobre todo estornudos y congestión, el antihistamínico lo ayudará muy bien. “Sin embargo, muchos pacientes con rinitis alérgica o con asma alérgica también tienen inflamación del tejido, causada por la alergia, y entonces se les tapa la nariz, empieza el proceso inflamatorio, se les tapan los bronquios y producen mucha flema. Ahí no nos va a ayudar el antihistamínico”.

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La respuesta está en los medicamentos antiinflamatorios. “El más potente es el corticosteroide, pero todos sabemos que no hay que tomarlos por vía oral por tiempo prolongado, porque los efectos colaterales; ni retomarlos constantemente, sino por ciclos cortos”.

Un tratamiento a mediano plazo para la rinitis alérgica: los antileucotrienos

Durante algunas semanas o como máximo meses, se aplica un corticosteroide local en la nariz o un inhalable hacia el bronquio. “Hay otro tipo de medicamento antiinflamatorio, menos agresivo, más seguro y es la tableta o el polvo de antileucotrienos”. En esa lista están montelukast, zafirlukast y pranlukast, que tienen ventajas y desventajas. “Es mucho más seguro, lo puedo manejar durante meses sin ningún problema, y de hecho, cuando empiezo a manejar un antileucotrieno, lo dejo como mínimo de dos a tres meses”. Si la patología es más grave, este fármaco se combina con un corticoide local, inhalado o tópico.

Hay dos modalidades de rinitis alérgica, en inglés se los denomina sneezers (estornudadores) y blockers (congestionados). “Cuando tengo a un paciente mocoso, el puro antihistamínico va a ser buena eficacia. Cuando tengo a un paciente tapado, puedo entender que hay mucha inflamación”.

La primera forma de rinitis es cuando la exposición al alergeno es fugaz. Pero si esta es a largo plazo, se produce inflamación. “En Europa hablan de la rinitis estacional, que se da durante cuatro a seis semanas al año, cuando se suelta el polen del árbol. Y tenemos la rinitis alérgica perenne, con síntomas que van y vienen todo el año”.

Pero en Latinoamérica tenemos otros alérgenos, el polen, los pastos y la exposición a ácaros, que ocurren todo el año. “Es perenne, no nos sirve hablar de estacional. Nuestros pacientes tienen, generalmente, un mayor componente de inflamación”.

La modalidad es el medicamento combinado de un antihistamínico junto con un antileucotrieno, así se controla tanto el estornudo como la comezón y la inflamación de los tejidos.

“Los estudios clínicos con el antihistamínico o el montelukast solo, o la combinación de ambos, permiten observar que hay una diferencia en la reducción de síntomas con este último a partir de las cuatro semanas. No es para tomar dos o tres días, porque para quitar la inflamación necesitas algún rato. Como mínimo será un mes, y se alargaría a dos o tres meses”.

Por tanto, hay que tener paciencia y adherirse al tratamiento, si se tiene acceso a la inmunoterapia. “Especialmente si uno tiene la persistencia y tres años para llevar a cabo una buena inmunoterapia, con buenos extractos”. (I)