Un estudio basado en los análisis de sangre de 1.285 habitantes de Mancio Lima, un pueblo en la Amazonía de Brasil, muestra que las personas que tuvieron dengue son aquellas que tienen más riesgo de enfermar gravemente si se contagian por el SARS-CoV-2.

El investigador líder, Marcelo Urbano Ferreira, dijo que esto es un ejemplo de sindemia: interacción sinérgica entre dos enfermedades epidémicas, de modo que una exacerba los efectos de la otra.

“Sucede que el COVID-19 ha debilitado los esfuerzos para controlar el dengue. Y este último aumenta el riesgo para los que llegan a contraer el nuevo coronavirus”, explica Urbano Ferreira, profesor del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Sao Paulo.

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Investigadores médicos visitan una casa en Mancio Lima, Brasil.

El médico lleva siete años trabajando en Mancio Lima, adonde llegó con la misión de combatir la malaria. En 2018 consiguió hacer controles de sangre al 20% de la población cada semestre. Y en 2020 recibió fondos para redirigir la investigación al coronavirus.

Así pudo probar que no es cierta la hipótesis de que las áreas con muchos casos de dengue se ven poco afectadas por el COVID-19.

“Usamos análisis estadístico para concluir que tener dengue no altera el riesgo de infectarse con SARS-CoV-2″, confirmó Vanessa Nicolete, primera autora del artículo. Al contrario, “los que han tenido dengue tienen más probabilidades de desarrollar COVID-19 sintomático, si se infectan”.

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Los resultados se publicaron en mayo de 2021 en la revista Clinical Infectious Diseases.