¿Sientes que tu piel no recibe la limpieza profunda que necesita? ¿Crees que tus productos no dan resultados? Lo más probable es que no estás aplicando los métodos necesarios para tener una piel suave y libre de poros sucios.

Uno de estos secretos, ya no tan secreto, es lavarte el rostro primero con un limpiador aceitoso y luego usar uno normal. Sin embargo, lo que realmente te ofrecerá un cambio positivo es la regla de los 40 segundos.

Esta es una técnica sencilla pero poderosa que te ayudará a aprovechar al máximo tus limpiadores faciales y obtener una piel radiante y saludable, como indicó la farmacéutica Cristina Batres a Telva.

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¿Qué beneficios brinda la regla de los 40 segundos?

Recuerda escoger limpiadores acordes a tu piel. Foto: pexels

El principal beneficio de esta regla o método de limpieza facial es que ayuda a eliminar las impurezas que se acumulan en los poros y causan la aparición de puntos negros y granitos. De esta forma, irás mejorando progresivamente la textura de tu piel y evitarás su opacidad.

Por otra parte, la regla de los 40 segundos permite que tu piel absorba mejor los principios activos que integran tus limpiadores, desde los que son despigmentantes hasta los que reducen el envejecimiento.

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¿Cómo aplicar la regla de los 40 segundos?

Aplica la regla de los 40 segundos al momento de limpiar tu rostro para obtener una piel más saludable. Foto: Pexels

Según Telva, la próxima vez que vayas a lavarte la cara, intenta aplicar los siguientes pasos:

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  • Usa un limpiador en aceite sobre la piel y realiza suaves masajes para activar la circulación en el cuello y el rostro.
  • Mientras lo haces, cuenta 40 segundos y enfócate también en zonas donde se acumula sebo, como la nariz, la frente y las mejillas, para que el limpiador ayude a eliminar puntos negros.
  • Pasado el tiempo, emulsiona con agua para retirar los restos de maquillaje y otros productos acumulados en la piel.
  • Luego usa un limpiador, acorde a tu piel. Cuenta por otros 40 segundos para eliminar cualquier resto del limpiador aceitoso y terminar de lavar a profundidad cada poro.

(I)

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