Es posible no caer en cuenta que nos está dando un infarto. Qué tanto sabemos de las señales de alerta. ¿Sabes que un paciente confundió un infarto con una molestia por beber agua fría?
Esa situación la explica una médico de familia, desde España. Afirma que el caso se le presentó a un hombre de 64 años.
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Señala, en sus redes, que el sexagenario, a quien identifica como Antonio, la noche de un día sábado comenzó “con una molestia en el pecho tras dar un buen trago de agua muy fría”.
La doctora Ana Pérez Ballesta cuenta que Antonio siguió con su malestar de “forma intermitente” por el resto del fin de semana.
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El martes acudió a la cita con Pérez Ballesta. La consulta era por otro motivo.
Infarto sin el “típico dolor”
El paciente fue sincero y en medio del chequeo le dijo a la cardióloga que tuvo esa molestia.
“Al escuchar lo que decía del pecho no me convenció y decidimos hacer un electrocardiograma par valorar el corazón”, destaca Pérez Ballesta.
Qué le pasó al paciente
La especialista explica que en personas con diabetes o de edad avanzada pueden ser silentes o no dolorosos, debido a un daño en los nervios, que afecta directamente a la percepción del dolor.
Enfatiza que el “infarto silencioso” es mucho más peligroso “porque retrasa la búsqueda de atención médica y esto aumenta las complicaciones y la mortalidad”.
Si tienes diabetes -pide la doctora- “no ignores ningún síntoma extraño”.
Propone que te realices un electrocardiograma cada año y que mantengas la glucosa, por supuesto, bajo control. (I)