Mente sana en cuerpo sano. La frase adjudicada al poeta romano Juvenal resume la interconexión de las emociones con nuestro estado físico.
“Somos adultos un poco neuróticos, catastróficos”, apunta Nathaly Marcus, conferencista experta en longevidad y nutrióloga funcional al hablar sobre la necesidad de hacernos conscientes de la importancia de nuestras emociones.
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“Cuando tenemos un pensamiento catastrófico, un pensamiento negativo, una creencia catastrófica el cuerpo responde con colitis, gastritis, taquicardia, presión arterial alta, empezamos a tener neblina mental de tanto estrés, nos afecta la calidad de nuestro sueño”, apunta la autora de una docena de libros relacionados a la salud tanto física como emocional.
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La importancia de nuestro mundo emocional
Shulamit Graber, psicoterapeuta especialista en trauma y resiliencia, apunta por su parte que “hemos crecido con un analfabetismo emocional”.
“La calidad de nuestra vida tiene que ver con nuestro mundo emocional”, señala Graber durante una conversación con Marcus transmitida en las redes sociales a través de la cuenta en Instagram @nathalymarcus.
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“Me ha preocupado el tema de la longevidad emocional, pues somos lo que pensamos y lo que sentimos, los pensamientos que dejamos entrar son los que van a construir nuestra realidad”, añade esta psicoterapeuta que ofrece conferencias centradas en la resiliencia emocional y la longevidad emocional.
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“Somos lo que pensamos”
“Somos lo que pensamos y lo que sentimos, los pensamientos que dejamos entrar son los que van a construir nuestra realidad”, subraya Graber.
Controlar el estrés es posible con la adopción de ciertos hábitos, por ejemplo: caminar o realizar alguna otra actividad física, practicar la respiración de modo más consciente, escribir lo que sentimos y dedicar tiempo a actividades que nos gustan, reseña Mayo Clinic.