La Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA) anunció que se autorizó plenamente el uso del fármaco contra el alzhéimer Leqembi.
Esta decisión hace que el tratamiento sea más accesible para el sistema federal de cobertura de salud. De hecho, en enero ya había sido aprobado por la entidad a través de un procedimiento acelerado y tras estudios adicionales se le dio la autorización total.
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Leqembi busca reducir el deterioro cognitivo y se destina a pacientes que no tienen un estadio avanzado de la enfermedad. Se administra por vía intravenosa cada dos semanas y tiene un precio de 26.500 dólares al año. Fue desarrollado por la compañía farmacéutica japonesa Eisai con la estadounidense Biogen.
Chiquita Brooks-LaSure, directora de la agencia que administra Medicare, que es para mayores de 65 años, indicó que con esto estará ampliamente cubierto el tratamiento.
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Sin embargo, para ellos aún tendrán que pagar 20%.
Leqembi es parte de una nueva generación de tratamientos dirigidos a una proteína llamada beta amiloide, que forma placas en el cerebro de los pacientes enfermos.
Este fármaco fue el primero en demostrar claramente una reducción del deterioro cognitivo (de 27%) en un ensayo clínico.
Sin curar a los pacientes, puede ayudar a retrasar un poco al avance de la enfermedad.
El medicamento puede causar, no obstante, efectos secundarios graves, como edema cerebral o hemorragia, que pueden ser fatales.
“Este tratamiento, aunque no es una cura, puede ayudar a dar más tiempo a las personas (...) para mantener su independencia y hacer las cosas que aman”, dijo Joanne Pike, presidenta de la asociación de pacientes Alzheimer Association.
Las personas con la enfermedad “merecen tener la oportunidad de discutir y decidir, con su médico y su familia, si este tratamiento es adecuado para ellos”, agregó.
El alzhéimer, que solo en Estados Unidos afecta a 6,5 millones de personas, es una enfermedad neurodegenerativa irreversible que destruye lentamente la memoria y la habilidad para realizar tareas.
Según la FDA, el último estudio, realizado a 1.800 pacientes, demostró una “reducción significativa” del deterioro cognitivo.
El regulador recomienda no prescribir Leqembi en pacientes que usen medicación anticoagulante, ya que aumenta el riesgo de sufrir hemorragias cerebrales. (I)