Existe un mito popular que sugiere que el vello se torna más grueso después de afeitarse. Ese efecto es más perceptible en este método de depilación que en técnicas permanentes como la cera o el láser.
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La impresión que el vello crece más grueso tras el rasurado ha llevado a que muchas personas desacrediten el afeitado como método de depilación.
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Existe un mito popular que sugiere que el vello se torna más grueso después de afeitarse. Ese efecto es más perceptible en este método de depilación que en técnicas permanentes como la cera o el láser.
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