El uso de aspirina para prevenir infartos y por qué solo deberían usarla quienes ya tuvieron un primer ataque al corazón

Muchos adultos mayores usan aspirina para prevenir infartos o embolias, entre otros motivos. Pero al parecer, solo deberían utilizarla aquellas personas que ya tuvieron un ataque al corazón , para prevenir un segundo evento.Los que no han experimentado esto no se benefician. Un adulto mayor sano sin historial de enfermedad cardiaca que toma una pequeña dosis diaria de aspirina aumenta su riesgo de sangrado cerebral, eclipsando así el efecto preventivo de este medicamento contra el infarto.Esta es una de las conclusiones de un análisis publicado esta semana en las plataformas digitales de la JAMA , revista de la Asociación Médica Estadounidense, titulado “ Aspirina en dosis bajas y el riesgo de derrame cerebral y sangrado interno en adultos mayores sanos”. Es el examen secundario de un estudio clínico aleatorio que incluyó a 19.114 adultos mayores que recibían aspirina o placebo, y encontró un incremento del 38 % en sangrado intracraneal en individuos que tomaban aspirina. El rol de la aspirina en la prevención del infarto no pudo compensar el otro riesgo.Los participantes en el estudio original aleatorio, doble ciego y controlado con placebo Aspree , del cual se deriva este análisis, fueron residentes de Australia o Estados Unidos entre 2010 y 2014, todos de tercera edad (74 años en promedio), libres de enfermedad cardiovascular sintomática. Se les hizo seguimiento, en promedio, durante 4,7 años. El nuevo test se completó entre 2021 y 2023.Entre los resultados, la aspirina no produjo una reducción estadísticamente significativa de la incidencia de infarto (0,89 %). Sin embargo, hubo un aumento marcado en el sangrado intracraneal entre los individuos que tomaron aspirina (108 personas) en comparación con los que usaron placebo (79 personas).La aspirina es un antiagregante plaquetario que se ha utilizado en dosis menores (75-100 mg/d) para la prevención de los eventos cardiovasculares. A pesar de algunos hallazgos desfavorables recientemente, sigue usándose ampliamente para la prevención primaria (sin infartos previos) y secundaria (infarto previo) del ataque al corazón. Su mayor efecto adverso es un aumento en la tendencia al sangrado. La información sobre la eficacia de esas pequeñas dosis de aspirina en la prevención primaria se deriva de metaanálisis y de resultados de estudios recientes, la mayoría de ellos en poblaciones menores de 70 años de edad.Aun así, estos reportes sugieren una tendencia a reducir el accidente isquémico transitorio, sin dejar de notar que esto tiene un efecto contrario en el sangrado intracerebral y otras hemorragias en el interior del cráneo, y en general, muy poco impacto en la incidencia de derrames. Las personas mayores de 70 años tienen entre sus características clínicas una mayor susceptibilidad a las hemorragias, asociada con la fragilidad de los vasos sanguíneos pequeños. Adicionalmente, los adultos mayores tienden a sufrir traumas menores y mayores a causa de caídas y otros accidentes. Esto altera la consideración de riesgos y beneficios de la aspirina, especialmente si tienen bajo riesgo y nunca han tenido un infarto antes. En cambio, es una opción para las personas que sí han tenido uno de estos episodios.Esta discusión no es del todo nueva, pero sigue siendo válida, dicen los autores del análisis, dado el alto riesgo de accidente cerebrovascular en personas de edad avanzada, el crecimiento global de la población envejeciente y la importancia de evaluar estrategias preventivas en ese grupo. Lideró la publicación el doctor John J. McNeil, de la Escuela de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Monash, en Melbourne, Australia. (I)

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