Un promedio de 85.000 personas murió anualmente en el continente americano entre 2012 y 2015 debido exclusivamente al consumo de alcohol, dice un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y publicado este lunes (12.04.2021) en la revista Addiction. El informe señala, además, que el alcohol es el factor que contribuye a otras 300.000 muertes.

“Este estudio demuestra que el uso nocivo del alcohol en las Américas es una importante prioridad de salud pública”, dijo el Dr. Anselm Hennis, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS. “Está asociado a muertes evitables y a muchos años de vida vividos con discapacidad. Necesitamos intervenciones, políticas y programas eficaces, factibles y sostenibles para reducir el consumo de alcohol”, aseguró.

El estudio, el mayor de este tipo, analizó datos de 30 países. Reveló que el 64,9% de las muertes se produjeron en personas menores de 60 años y que las causas de muerte se debían principalmente a enfermedades hepáticas (63,9%) y trastornos neuropsiquiátricos (27,4%).

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Según el informe, murieron más hombres que mujeres por el consumo de alcohol. Los hombres representaron el 83,1% de las muertes atribuibles exclusivamente al consumo de alcohol. Las mayores disparidades de género se dieron en El Salvador y Belice, mientras que esta diferencia fue menor en EE. UU. y Canadá.

“El estudio demuestra que la mayor proporción de muertes totalmente atribuibles al consumo de alcohol se está produciendo de forma prematura entre personas de 50 a 59 años, y principalmente entre hombres. El uso nocivo del alcohol está matando a personas en la flor de la vida”, dijo la Dra. Maristela Monteiro, asesora principal de la OPS en materia de alcohol. “Esto es una pérdida no solo para sus familias, sino también para la economía y la sociedad en general”.

Las muertes se concentran en los tres de los países más poblados

Cerca del 80% de las muertes en las que el alcohol fue una “causa necesaria” se produjeron en tres de los países más poblados: Estados Unidos (36,9%), Brasil (24,8%) y México (18,4%). Por su parte, las tasas de mortalidad atribuible al alcohol fueron más elevadas en Nicaragua (23,2 por 100.000 habitantes) y Guatemala (19 por 100.000), a pesar de que estos países tienen un consumo de alcohol per cápita relativamente menor.

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Mayor el ingreso, mayor el consumo; menor el ingreso, mayor la tasa de mortalidad

La OPS afirmo también que el estudio indica que los países de ingresos altos tienen un mayor consumo de alcohol per cápita, mientras que los países de ingresos bajos y medios tienen una mayor tasa de mortalidad atribuible al alcohol para el mismo nivel de consumo. Las tasas de mortalidad más elevadas se deben probablemente a un acceso comparativamente más pobre a los servicios médicos, a la información sanitaria y a una buena nutrición, así como a la limitación del transporte en situaciones de emergencia y a otros factores que podrían hacer más perjudicial el consumo de alcohol.

La OPS dijo que para que la situación mejore, los países del continente deberían limitar las horas de venta de alcohol, prohibir la publicidad y la promoción del alcohol, y aumentar los impuestos sobre el alcohol. Del mismo modo, la OPS concluyó que la pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación porque la disponibilidad de alcohol ha aumentado especialmente debido a las ventas en línea y a las entregas a domicilio.

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“Las políticas promovidas por la OPS son la clave para prevenir la muerte, las enfermedades y los problemas sociales relacionados con el alcohol”, dijo el Dr. Hennis. “Otra medida simple pero poderosa es limitar las horas de venta de alcohol y reducir la concentración de puntos de venta de alcohol en una comunidad”. (I)