La intolerancia a la lactosa es causada por la malabsorción de lactosa, una afección en la que el intestino delgado no puede digerir o descomponer toda la lactosa que una persona come o bebe. Una persona intolerante va a presentar síntomas como hinchazón o distensión abdominal, diarrea y gases.
La lactosa es un azúcar que se encuentra de forma natural en la leche y en los productos lácteos. Según el sitio especializado Medline Plus, la intolerancia a la lactosa es muy frecuente en los adultos. Muy pocas veces es peligrosa. Aproximadamente 30 millones de adultos estadounidenses tienen algún grado de intolerancia a la lactosa a la edad de 20 años. Los expertos calculan que aproximadamente el 68% de la población mundial tiene malabsorción de lactosa.
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Complicaciones al no poder ingerir lactosa
La intolerancia a la lactosa puede afectar la salud si impide que una persona obtenga suficientes nutrientes, como calcio y vitamina D. La leche y los productos lácteos, los cuales contienen lactosa, son algunas de las principales fuentes de calcio, vitamina D y otros nutrientes.
De acuerdo al Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, una persona necesita calcio a lo largo de su vida para crecer y tener huesos sanos. Si no obtiene suficiente calcio, los huesos pueden volverse menos densos y más propensos a fracturarse.
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Los síntomas pueden incluir:
- Hinchazón o distensión abdominal
- Diarrea
- Gases
- Náuseas
- Dolor en el abdomen
- Ruidos estomacales
- Vómito
Las siguientes afecciones pueden causar concentraciones bajas de lactasa en el intestino delgado y malabsorción de lactosa: lesiones al intestino delgado, nacimiento prematuro, déficit congénito de lactasa. (I)