Uno de los problemas con el uso de las mascarillas es la estructura de la cara, cada una es diferente. Sin embargo, las que se encuentran en venta cuentan con una misma talla, puede darse el caso en el que sea más conveniente usar una diseñada para niños.

Todo eso lo indica un estudio elaborado por la Universidad de Delt, la cual hizo un experimento con un maniquí que “respiraba” usando diferentes mascarillas. De acuerdo a la estructura de la cara del maniquí, se pudo observar que varias mascarillas podían presentar fugas, según su ajuste.

El problema llega cuando no se ajusta bien y se crean orificios en los laterales. Es por esto por lo que esa tela “sobrante” se debe meter hacia dentro, según los expertos del estudio.

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Cuantos más orificios tenga, menor será la cantidad de aire entrante y saliente filtrado, por lo tanto el riesgo de contagiar coronavirus es muy alto.

En el estudio también indicaban que el riesgo es mayor estando detrás de esa persona sin la mascarilla bien ajustada, que estando frente a ella.

El profesor Jose Luis Jiménez ha explicado el tema en Twitter, con un detalle de todo el tema del contagio de COVID mediante superficies y aerosoles, añadiendo información sobre el correcto ajuste de las mascarillas.

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Lo más correcto es ajustar la mascarilla a la cara sin dejar ninguna espacio y mientras más superficie del rostro abarque la mascarilla será mejor.

Jiménez, quien es profesor de Química en la universidad de Colorado, insiste en recordar que los virus respiratorios se pueden transmitir de 3 maneras: por superficies, por gotas proyectiles, y por el aire (“aerosoles”). Por eso él también aconseja hacer uso de doble mascarilla. (I)