Los ojos, la nariz y la boca que tienes es el resultado de un proceso de evolución. Como el resto de tu cuerpo, cada parte del rostro tiene una función y unas características que ayudan a la supervivencia.
Un reciente artículo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard explica en detalle cuáles son las funciones de los ojos, la nariz y la boca y cómo protegen de las amenazas externas.
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En la publicación “Piensa rápido: ¨¿cómo te protege tu cuerpo?”, el doctor Robert H. Schmerling afirma que “las características faciales están diseñadas para su propia autoprotección y ayudan a proteger nuestros cuerpos de muchas maneras sorprendentes”.
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Mecanismos de los ojos, nariz y boca para proteger
En el caso de la boca, su “cierre hermético” es una de sus principales utilidades protectoras, porque permite que nades o camines sin dificultades o contratiempos, además de que evita que tragues insectos, por ejemplo.
Más allá de sus funciones básicas de hablar, comer y beber, la boca protege cuando a través de ella, al toser “expulsa partículas u organismos no deseados”.
También lo hace la saliva con sus anticuerpos, que ataca a “los organismos infecciosos antes de que estos viajen más adentro del cuerpo”, señala Harvard.
Los ojos, las ventanas que nos permiten ver el mundo exterior, nos protegen con una función clave: dan información al cerebro de cuanto nos rodea.
Además, las cejas, córnea y pestañas están allí como protectores de ese par de faros que nos permiten ver la vida.
El sudor, la lluvia o cualquier sustancia encuentra siempre con un obstáculo en las cejas, que impiden su ingreso a los ojos, esto sin contar con la función comunicativa de las emociones según su posición. Las pestañas también evitan el ingreso de sustancias o partículas en el ojo.
La córnea tiene una “capa exterior resistente” que “protege la parte frontal del ojo, pero es transparente para que la luz pueda pasar a través de ella”, refiere el artículo.
Y la nariz que nos sirve para respirar y oler, también es un “sistema de alarma”. Es un vigilante permanente de las amenazas externas, al detectar humo, gas o alimentos en mal estado. Sus partes internas son protectoras contra “partículas tóxicas”.
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