El canal auditivo está revestido con pequeños pelos y glándulas. El cerumen se compone de secreciones de estas glándulas, células de la piel y pelos que se han desprendido y bacterias habituales que viven en la superficie de la piel.
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Los hisopos y otros objetos pequeños pueden traumatizar la frágil piel del canal auditivo y provocar infecciones y hemorragias.


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El canal auditivo está revestido con pequeños pelos y glándulas. El cerumen se compone de secreciones de estas glándulas, células de la piel y pelos que se han desprendido y bacterias habituales que viven en la superficie de la piel.