Comer demasiados pasteles, galletas y papas fritas no solo te hará engordar. Investigadores brasileños afirman que una dieta rica en alimentos ultraprocesados también puede provocar demencia. Su estudio analizó cómo ingerir demasiados refrigerios poco saludables afecta al cerebro.

Los adultos de mediana edad que consumían la mayor cantidad de alimentos ultraprocesados, que constituían hasta las tres cuartas partes de su dieta, vieron cómo sus cerebros disminuían un 28 por ciento más rápido que los que consumían menos.

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El equipo sugirió que las citoquinas, proteínas inflamatorias producidas por el cuerpo que se cree que son impulsadas por los alimentos azucarados, podrían estar detrás de la tasa más rápida. Investigaciones anteriores han relacionado los productos químicos con el deterioro cognitivo.

Unas 900.000 personas en el Reino Unido y 5,8 millones en los EE. UU. viven con demencia. Todos ven una disminución en el poder del cerebro con el tiempo, pero no todos desarrollan demencia.

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Los alimentos ultraprocesados generalmente tienen un mayor contenido de azúcar, sal y grasas saturadas en comparación con los alimentos menos procesados. El término se refiere a los alimentos que contienen ingredientes que una persona no agregaría al cocinar en casa, como productos químicos, colorantes y conservantes. Estos incluyen comidas rápidas, helados, salchichas, pollo frito, cereales y salsa de tomate.

Son diferentes a los alimentos procesados, que se procesan para que duren más o mejoren su sabor, como los embutidos, el queso y el pan fresco.

Estudios anteriores han demostrado que reemplazar los alimentos ultraprocesados “con opciones saludables puede disminuir el riesgo de demencia”. La última investigación, publicada en JAMA Neurology, rastreó las tasas de deterioro cognitivo en 10.775 servidores públicos entre 2008 y 2019.

Tenían entre 35 y 74 años y fueron evaluados numerosas veces para ver cómo habían cambiado sus facultades mentales. Las pruebas incluyeron recuperación simple para evaluar la memoria y evaluaciones de “función ejecutiva” para medir su vocabulario.

Investigadores de la Universidad de Sao Paulo también les dieron cuestionarios sobre alimentos para evaluar la cantidad de alimentos ultraprocesados que comían. Se pidió a los participantes que recordaran lo que habían comido y bebido durante el año anterior a la encuesta, que se convirtió en gramos por día.

Investigación exhaustiva

Los alimentos se dividieron en tres grupos. El primero fueron los alimentos sin procesar, como frutas o verduras, granos, carnes y pescados, e ingredientes culinarios procesados, como azúcar de mesa, aceites, sal. El grupo dos eran los alimentos procesados, que utilizaban ingredientes para conservar los alimentos naturales, e incluían frutas enlatadas y carnes o pescados salados, ahumados o curados. Finalmente, el tercer grupo fueron los alimentos ultraprocesados, que utilizaron aditivos que no se encuentran en las preparaciones caseras, como saborizantes, colorantes, edulcorantes, emulsionantes.

Los participantes se dividieron en cuatro grupos iguales en función de la cantidad de alimentos ultraprocesados que comían como proporción de su dieta total. Los alimentos constituían menos de una quinta parte de la dieta de los del grupo más bajo, entre el 20 y el 27 por ciento; en el grupo dos, entre el 27 y el 34 por ciento en el grupo tres; y hasta el 73 por ciento en el grupo cuatro. Los resultados mostraron que los del cuarto grupo tenían una tasa de deterioro cognitivo un 28 por ciento más rápida que los del primero.

La Dra. Natalia Gomes Goncalves, autora del estudio, dijo que las personas deberían limitar la cantidad de alimentos ultraprocesados que comen para ayudar a evitar la demencia. (I)